CAPÍTULO 6

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CAPÍTULO 6

Amón

He cometido un error, deje que mis pensamientos se nublaran y esto podría arruinar todo lo planeado, la idea era seducirla, poder poseerla, pero me dejé llevar.

Retiro la máscara de mi rostro, me froto los ojos algo estresado, pero no hay vuelta atrás, se que en algún momento ella vendrá por respuestas, que debo darle, solo hay que planear que decir, una verdad a medias.

La camioneta sigue de manera discreta el auto en el que Lilith se marchó, el perímetro fue estudiado cuidadosamente, hay personas que la mantienen vigilada todo el tiempo.

El auto se estaciona frente a su edificio, la observo desde la camioneta en la otra acera, luce hermosa, con ese pequeño vestido, que desde que la vi, solo quise descubrir lo que se oculta debajo. Se pierde dentro del edificio y hasta no saber que está dentro de su apartamento no me marcho.

La erección no baja, imaginarme que bajo del auto sin sus bragas solo hace que duela más, siento la tela de encaje dentro los bolsillos de mi pantalón.

Doy la orden de dirigirnos al penthouse, mientras organizo algunos asuntos pendientes, marco el número, después de tres tonos finalmente contesta.

-¿Qué putas quieres a esta hora?- Murmura con voz adormilada.

-Estuvo en el club hoy- voy al punto- dije su nombre por equivocación y huyó, no se en que pueda influir, pero hay que estar preparados.

-¡Que mierda! Sabía que lo ibas a arruinar todo.

-Ya se que fue una equivocación, pero lo sabré resolver, ella volverá.

-Maldito imbécil, no sabemos como esto pueda afectar el curso de las cosas, hay que ser precavidos, nunca dejas de joder todo.

-No te llame para que me dieras un jodido sermón, solo necesitaba tenerte informado.

Antes de que pudiese replicar colgué la llamada, no necesito reproches acerca de lo que ya sé.

Salgo del auto al llegar al edificio y me encaminó al ascensor, con los sucesos de la noche repitiéndose una y otra vez, en mi mente grabado cada gemido, cada jadeo, su mirada lascivia, me siento como imbécil, lo arruine.

Ingreso el código de la puerta, abro la puerta principal, camino hacia el bar para servir un whisky, me tomo todo el contenido de un trago y sirvo otro, camino a la habitación para darme una ducha.

Dejo el celular en la encimera, meto la mano en el bolsillo y me encuentro con las bragas de Lilith, me siento en la cama mientras termino el resto del whisky.

Toco la erección sobre la tela, el deseo no disminuye, recuerdo cada caricia que le di a su cuerpo, la manera en que sus tetas llenaban mis manos, voy soltando la bragueta mientras libero el miembro duro.

Recuerdo el olor de su cabello, la sensación de su carne en mis dedos, como su humedad no mentía de que lo estaba disfrutando tanto como yo, mientras mi mano sube y baja por el tronco.

Trago grueso, en lo que revivo los recuerdos, ella bailando en la pista, con la certeza de que no puedes apartar la mirada, su coqueteo en el sofá, los pezones duros a través de la tela, huelo sus bragas que quedaron mojadas por el deseo, aumento el ritmo, mientras imagino que quien me toca es ella, su desnudez expuesta para mí, como se retorcía con el orgasmo que le di, más imagenes vienen a mi mente, finalmente la descarga llega al pensar como sus labios rojos estarían alrededor de mi polla.

Mientras mi respiración se normaliza me reitero que si hoy falle luego no lo haré, que seré el primero.

Lilith

El sudor baja por mi frente, de arriba a abajo, sin detenerme, el esfuerzo hace que deje salir un jadeo, bajo lentamente repitiendo los movimientos una y otra vez, los músculos de las piernas me duelen, pero no quiero parar.

Cuando siento que ya no doy para más, subo por última vez y dejo la barra en la máquina de ejercicios.

Reviso las horas que llevo ejercitando, han pasado dos, parece suficiente por hoy, estoy estresada por lo sucedido el viernes en la noche, le escribí a Liam, pero parece muy ocupado para responder a mis mensajes, tendré que esperar a mañana en la universidad.

Por ahora todo parece que marcha bien, mi madre no me ha dicho nada, solo me invito a almorzar hoy, pero parecía muy calmada, si supiera algo ya me habría hecho un escándalo.

He tratado de bloquear los recuerdos de esa noche, solo puedo sentir sus labios sobre mi piel desnuda, el verde de sus ojos tan cautivador, que no me ayuda a pensar con claridad.

Disipó mis pensamientos antes de terminar caliente con la idea de tocarme rondando por mi mente.

Salgo de la habitación de ejercicios que fue adecuada para que yo evitara ir a un gimnasio público, me seco la frente con la toalla.

Mi celular suena y deslizó la pantalla al ver el nombre de Alexa, la pongo en altavoz mientras camino por el apartamento.

-Hola Lilith, ¿Cómo estás?

-Hola Ale, muy bien ¿Y tú?

-Bien, sabes tu mamá le dijo a la mía que tendrían un almuerzo hoy, pero que sería bueno reunirnos las cuatro, ¿No te molesta?

-Claro que no Ale, sabes que me gusta pasar tiempo contigo, nos vemos en el club.

Cuelgo la llamada rápidamente para bufar, me fastidia la mamá de Alexa, es insoportablemente chismosa, tener un almuerzo con ella iba a ser una molestia, pero con tal de evitar que mi madre se enoje es mejor aceptar.

Me alistó para el almuerzo, tomo una ducha rápida, al salir tomo mi celular y me distraigo un poco con Instagram antes de revisar la app del clima, es un poco extraño, pero suelo verificar el clima antes de escoger mi outfit.

Parece que el día será soleado así que me decido por un vestido polka rojo largo hasta mis rodillas, con puntos blancos, lo combinó con un pequeño bolso rojo y unas gafas de sol.

Tomo el secador para mi cabello, cuando está lo suficientemente seco, lo acomodó a los lados de mi cara, me maquillo un poco los ojos y los labios.

Tomo todas las cosas necesarias y bajo por el elevador, me subo al auto, pongo mi playlist antes de encenderlo y dirigirme al club social.

El camino es rápido hasta encontrar la carretera al costado de la vía, tras avanzar unos cuantos kilómetros encuentro el letrero que me indica que estoy cerca a “Amatista club”

Entro al club, en la puerta le doy las llaves al valet, ingreso al edificio principal y busco el restaurante en el pactamos encontrarnos con mi madre, al llegar le doy mi nombre al host que me lleva hasta la mesa donde esta mi madre, Alexa y Margaret, madre de esta.


Me aguanto las ganas de largarme del lugar y en vez de eso, sonrió con hipocresía, esperando que tan solo quieran almorzar.

Alma Dividida (Encuentros)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora