Advertencias: este intento de fic nació por, mi falta de sueño, un comic de un pingüino y sobre todo, que me di cuenta que tengo un desorden en esta recopilación y me da pereza hacer más portadas. Ah, y también posible OOC y faltas gramaticales y de cohesión.———
Obito estaba terrriblemente enamorado de Deidara.
Estaba feliz por como estaban yendo las cosas, ignorando sus obligaciones como verdadero lider de Akatsuki y sintiendose como una tonta adolescente mientras apretujaba al rubio entre sus brazos, o mejor aun, viendo enternecido la radiante sonrisa en el bonito rostro del otro luego de un largo entrenamiento antes de arrastrarlo, con la excusa de una celebración por su gran esfuerzo, a cualquier sitio de comida que hiciera sonreir al otro, que sonriera por él y para él valia el sacrificar miles de veces cualquier plan de dominación mundial sin siquiera pensarlo.
Volvió a sonreir como un bobo tropezando por decima vez en lo que iba de camino sin que aquello le importase mas que su encuentro con el artista, algo relacionado con sus entrenamientos, o por lo menos eso había escuchado antes de intentar ser asesinado por un colerico rubio luego de percartarse que el azabache parecía mas interesado en invadir su espacio personal hasta sonrojarlo que en escuchar sus palabras.
Suspiró cansado recordando la otra pequeña razón de su torpeza e insomnio durante las últimas noches ademas de la presencia del rubio en su cabeza.
«Necesitas decirselo, idiota»
Sabia que lo necesitaba y que probablemente no necesitaría mas si Deidara aceptaba sus palabras y con ellas, parte de su pasado, aun asi, el miedo se mantenia como una constante de dolor sobre su pecho. No sabía cómo reaccionaría al enterarse de su dojutsu y apellido y tampoco sabía que podía hacer el si veía el odio y el desprecio en los bonitos ojos que tanto le gustaban. Después de todo e incluso con las pequeñas pistas para vencer el sharingan que le daba durante sus entrenamientos - Se mentiria a si mismo si dijese que no se veia adorable haciendo puchero mientras trataba de crear nuevas tecnicas- se había mantenido con el tonto niño inseguro y cobarde que siempre lo hacía arrepentirse de infinidad de cosas.
Agito la cabeza mientras se daba palmaditas en el rostro al divisar al ladrón de sus suspiros sentado en una piedra a unos cuantos metros de él, se veía nervioso, su pierna izquierda temblaba ocasionalmente y sus manos se balanceaban de manera sospechosa tras su espalda como tratando de ocultar algo, los zafiros evitandolo sin mantenerse fijos en ninguna parte. Detuvó sus propios pensamientos para enfocarse en las palabras para revelarle la verdad, estar tanto tiempo junto a él le había enseñado a improvisar.
-¡Holis, Senpai! ¿O debería de comenzar a llamarte Deidara-kun?- Bromeó con su tono infantil ganandose una mirada fea- ¿Para que me llamó, senpai? Digo, sé que soy un increible y carismatico maestro, nocomootros...Aun así, no puedo creer que me extrañara tanto para una clase extra...O sera qué...¿Senpai queire subir su calificación..?- Ultimamente y de manera inconsciente, sus bromas habían comenzado a subir de tono.
- ¡Tú, pedazo de idiota!- Gritó dirigiendo con rapidez sus manos a los contenedores de su cintura- ¡Juro que esta vez si te...!
Obito retrocedio divertido por instinto mientras chillaba con dramatismo absurdas súplicas. Sin embargo y cómo si hubiee recordado algo importante, Deidara se quedó quieto, su cara enrojeciendo mas si es que aquello era posible. Chisto molestó esperando a que él otro se levantara. Obito obedeció a su muda orden mirandolo confundido como un si acabase de descubrir a una nueva y peligrosa especie, vagamente se preguntó si el otro estaría enfermo mientras esperaba pacientemente a que hablase.
ESTÁS LEYENDO
Bombones | TobiDei
FanfictionUn poco de azúcar nunca daña la vida de nadie, en especial la de los enamorados.