CAPÍTULO 4

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Verdades

***
CHLOE WILSON

Me limito a observar el paisaje durante el camino hacia la prisión.

Mentiria si dijese que estoy deseando ir alli. Ver a Smirnov supondrá traer de vuelta el tema de Cassandra, lo cual he tratado apartar y evitar a toda costa, pero que hoy tendré que afrontar. Por no hablar de que tendré que tocar también el tema de Carson.

Necesito información, necesito poder dormir tranquila de una vez.

- ¿Estás bien? - dice Eros, sacándome de mis pensamientos. Creo que nadie se hace una idea de lo que detesto esa pregunta.

- Si - respondo sin más.

- Oye si no quieres ir...

- No quiero que estés presente - suelto y él aparta la vista de la carretera un momento para fijarla en mi.

- No me dejarán entrar contigo a la sala, no te preocupes.

- No me refiero a eso - digo - No quiero que escuches la conversación, déjame en la puerta y ve a dar una vuelta

- ¿Estás de coña?

- Claro que no

- Si piensas que voy a hacer eso estas muy equivocada.

- Eros, no puedo dejar que estés al otro lado de la puerta, esperando que Smirnov toque algún tema sensible para entrar y pegarle una paliza.

- ¿Crees que haría eso?

- Sé que lo harás

- No puedo quedarme de brazos cruzados viendo como ese cabron juega contigo.

- Soy una profesional, déjame hacer mi trabajo

- Pues tu déjame hacer el mío, que es ser tu superior.

- Prométeme que no vas a hacer nada que no quiera que hagas.

- ¿Qué es lo que no quieres que haga?

- No vas a entrar a esa habitación mientras Smirnov esté dentro.

- No puedo...

- Prométemelo - digo y él suspira.

- Te lo prometo.

- Bien - respondo.

- Baja aquí - dice y yo frunzo el ceño. Miro a mi derecha y encuentro el enorme edificio. Hago lo que me pide - Iré enseguida - dice y yo asiento.

Respiro hondo un par de veces antes de entrar, y nada más hacerlo un hombre vestido de uniforme me dedica un saludo militar. Debo destacar que esta es una cárcel exclusiva de la CEMS, camuflada como una cárcel de máxima seguridad para el resto del mundo.

- Debe de ser la teniente Wilson - habla el tipo y yo asiento.

- La misma - respondo - Discúlpeme, pero no se quien es usted.

- Soy el Cabo Martínez - me tiene la mano y yo la acepto.

- Encantada

- Lo mismo digo - sonríe un poco - Pensé que le acomparía el coronel

- Si, él...

- Estoy aquí - escucho su voz a mis espaldas. No sé si me trasmite seguridad que esté aquí o más bien inquietud. Soy demasiado consciente de cómo reaccionará si no le gusta algo de lo que dice Smirnov.

- Un placer, Coronel, soy el cabo Martínez

- Se quien eres - responde sin más.

- Bien... Entonces les llevaré a ver a Smirnov, el general Wesley les espera allí.

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