"¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘳𝘦𝘳𝘮𝘦? ¡𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘢!"
Las palabras que le había dicho la chica que tanto ama resonaban en su cabeza cada minuto del día. Se enamoró de la novia virtual de su mejor amigo...
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Me desperté en el medio de la madrugada y no pude volver a dormir, tal vez por los ronquidos de mi hermano quien yace dormido al lado mío en mi cama después de una larga maratón de Netflix, o tal vez por los pensamientos intrusos que aparecieron en mi mente. Pienso en qué pasaría si alguna vez Kenma o Kuroo supieran como soy en realidad, cómo sería tener una vida social que no sea mantenida a base se mentiras y secretos, si supieran la verdad ¿seguirían hablándome o se sentirían decepcionados? ¿Me querrían por ser como soy? Las ganas de saber las respuestas toman fuerza en mi interior, pero el miedo de perder su amistad y el respeto que había creado en el mundo virtual se esfumara, siempre fue más fuerte. Tal vez algún día me anime a decirles la verdad, o tal vez no.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por la alarma del celular de mi hermano, que me hizo dar un salto en mi lugar, provocando que le pegue un codazo en la cara.
-¡Oye! ¡¿Qué te pasa?!- Gritó mientras frota su mejilla derecha, con un tono de voz entre confundido y enojado.
-¡¿Qué te pasa a ti?! ¡Son las 4:30 de la mañana!- Grité luego de mirar la hora.
-¡¿Tengo que explicarte todo lo que hago?!- Gruñí en respuesta, dándole la espalda. -¿Estabas despierta?- Preguntó ya tranquilo, mientras frota sus ojos.
-¿Tengo que explicarte todo lo que hago?- Me di vuelta para mirarlo con mi cara de "touché", a lo que respondió con su cara de "ya, en serio"- Si, estaba despierta, ¿y qué?-
-¿No pudiste dormir o tuviste una pesadilla?- Se acomodó en la cama para poder mirarme de frente, haciéndome entender que me escucha.
-Me desperté como a las 3 y no me pude volver a dormir.-
-¿En qué pensabas?-
-En cuándo va a llegar el día en el que Gojo-senpai venga a buscarme para llevarme a matar demonios y se enamore de mi, igual que Megumi, ¿Quién ganará en la difícil y tortuosa lucha por mi amor?- Lo miré seria a los ojos, haciendo que dude por mi estabilidad mental.
-¿Estás alusinando? ¿Debo despertar a mamá?- Dijo poniendo su mano en mi cara.
-No, tonto.- Rió.- ¿Por qué te despiertas tan temprano?-
-¡Ah, ya me olvidaba!- Se levantó rápido poniéndose sus pantuflas.- Tanaka ayer estaba extraño así que sospecho que irá contra las reglas de Daichi y le abrirá el gimnasio a los de primero para que puedan entrenar.- Se acercó para darme un beso en la frente antes de irse.- Iré a supervisarlos y no quemen el gimnasio. ¡Adiós!- Dio media vuelta y desapareció por la puerta, cosa que me dejó desconcertada por unos segundos hasta que reaccioné, cambié mi oxígeno rápidamente y lo seguí.
-¿No desayunarás conmigo?- Lo encontré en su cuarto cambiándose.
-Lo siento, pequeña, hoy no será.-
-¿A qué hora vendrás?- Lo seguí al baño para ver cómo cepilla sus dientes.
-Tarde.- Acomodó su pelo.- Para la cena.- Fue a la cocina a buscar el almuerzo que mamá le dejó la noche anterior.
