"¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘳𝘦𝘳𝘮𝘦? ¡𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘯𝘻𝘢 𝘥𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘷𝘪𝘷𝘢!"
Las palabras que le había dicho la chica que tanto ama resonaban en su cabeza cada minuto del día. Se enamoró de la novia virtual de su mejor amigo...
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El partido contra Tokonami está por empezar, los chicos están entrenando y yo me encuentro sola en las gradas, las personas que Koushi dijo que iban a venir todavía no llegaron. Se los ve nerviosos aunque el pelirrojo les gana a todos, no sólo por el primer partido, sino porque si lo ganan, el próximo oponente será el Dateko, el equipo que bloqueó todos los remates de Asahi en marzo. Tienen razones para estar nerviosos, es el primer torneo del equipo conformado como está ahora, y tienen la presión que podría ser el último de los de tercero, pero tengo la esperanza que vendrán muchos partidos más y mejores, no sólo lo pienso yo, sino que cada persona que los apoya y los ve crecer piensa igual, el aura que transmiten es especial, gritando fuerte que llegarán lejos.
Estoy concentrada mirando como rematan una y otra vez cuando siento presencias a mi lado, un equipo completo se acerca para sentarse a ver el partido, haciendo que ponga toda mi atención en ellos.
-¡Hola!- Habló uno de ellos llamando la atención de Kageyama y Hinata.- Tobio-chan, chibi-chan, ¿Cómo está la pareja rara?- Sonrió e hizo el signo de paz con su mano mientra se recuesta en el barandal, su compañero de cabello negro y puntiagudo lo golpeó en la parte de atrás de su cabeza haciendo que ponga en los ojos en blanco. -Duele, Iwa-chan.- Se quejó. -¿Eh? Tienen un libero, no estaba en el partido de práctica.-
-Y un tipo grande.- Respondió el que antes nombró como Iwa-chan.
-¿Eh? El entrenador también es nuevo, ¿no?- Preguntaron los entrenadores. -Jugadores nuevos y un entrenador, ¿Cómo habrán cambiado los del Karasuno?- Dejé escapar una risa socarrona sonriendo de lado.
-Ya lo verán, prepárense.- Dije en voz baja pero al parecer el más alto me escuchó.
-¿Qué tenemos por aquí? ¿También se consiguieron una animadora?- Se dio vuelta para estar en frente mío y se recostó sobre su codo que posa sobre el barandal. -Una muy linda, por cierto.- Sonrió coqueto, su compañero suspiró cansado y se sentó, ignorándolo. Yo sólo lo miré sin expresión de pies a cabeza y di vuelta mi mirada para ver a los chicos en la cancha. -¿Te comieron la lengua los ratones?- Los entrenadores y sus compañeros se empezaron a reír de él y él se empezó a frustar. -Háblame, preciosa.-
-Te está ignorando, Oikawa.- Aclaró el de cabello negro.
-¡¿Ignorándome?! ¡¿A mi?!- Se señaló confundido y siendo muy expresivo. -¡Sí soy el más atractivo aquí!- Su compañero bufó.
-No todas las chicas estarán detrás de ti.- Dijo el entrenador riéndose con los brazos cruzados en su pecho.
-¡¿Ah?!- Se acercó más a mi haciendo que me aleje al instante. -¡¿No te gusto?!- Negué con mi cabeza con los ojos cerrados y una expresión de total desagrado e incomodidad, haciendo que su alma saliera de su cuerpo y su cuerpo en blanco se quede en su lugar, dos de sus compañeros lo tomaron por debajo de sus axilas y lo alejaron de mi, sentándolo a un lado de ellos. Al que había llamado Iwa-chan se acercó e hizo una reverencia.
