En algún momento dentro de la dimensión de Ángel Caído...Miguel Ángel corre a toda velocidad, sus pupilas enfocadas en un lugar a la distancia, fijas en algo que está más allá de los innumerables edificios que se interponen en su camino.
Esta cerca
Se concentra lentamente, escanea mentalmente los alrededores de arriba a abajo, cada instalación, cada piso de cada apartamento, cada tubería de las alcantarillas como una sombra que se extiende por el mundo. No puede abarcar todo New York pero no es necesario hacerlo.
Siente la interferencia de energía electromagnética, una fluctuación intrusa en la ciudad, nueva e irregular que promete distorsiones y daños colaterales. Frunce el ceño, tropieza por el agua empapando los techos.
No se había percatado que estaba lloviendo, ¿por qué no lo hizo? Sacude la cabeza.
El demonio se retuerce, se sacude y gruñe desconfiado ¿porqué se siente demasiado familiar?
Se le eriza la piel ante el pitido de los autos en el tráfico allá abajo en la acera.
Esta cerca
Salta un restaurante, se ve obligado a sacar la cadena de la kusarigama para llegar al apartado local de seis pisos. Sus ojos azules comienzan a reflejar la escasa luz nocturna y redirigirla como un felino en plena caza. Se ve aterrador.
Siente la distorsión, el engullimiento de energía concentrándose en alguna parte allá lejos, preparándose para algo. Los truenos reverberan en el cielo plagado de nubes tormentosas, las manchas de sangre se limpian gradualmente de sus manos.
No quedará evidencia del asesinato de Don Vicioso.
Sonríe vagamente ante la idea, pero sigue avanzando tan rápido como puede. Sus pulmones comienzan a exprimirse, hay un cosquilleo desagradable en su estómago que parece suplicarle reposo. Ignora la incomodidad y sigue corriendo.
Parece un capullo, acumulando poder invisible hasta tener suficiente y reventar.
Ya casi
Unos pocos metros, solo un poco mas. Otro resbalón, trata de deslizarse a través de su propio error y seguir andando. Hay prisa. Necesita cruzar un edificio más para llegar al origen.
Solo un poco más
De repente hay un estallido de poder vibracional, Miguel Ángel retrocede y se tropieza. Es como si la estructura perfecta del mundo adquiriera una nueva pieza que no encaja y todo debe volver a organizarse. Siente náuseas y mareos, podría estar enfermo. Las tierras de Nueva York tiemblan bajo gritos de gente confundida y asustada que creen que se trata de un sismo o un terremoto.
No es tan simple
Se fuerza a recomponerse, camina a pasos silenciosos algo torpes hacia el callejón al extremo del hotel abandonado en el que se encuentra. Ante la amenaza latente sus ojos se cubren de la membrana nictitante, mantiene sus manos firmes sobre el mango de las nunchakus, preparado para la posible –inminente– batalla.
Cuando se asoma y mira hacia abajo la sangre abandona su cuerpo.
Hay alguien, un hombre mirando las paredes con clara confusión y quizá, molestia o irritación. Porta una larga tela oscura alrededor de su cuello y hombros, los extremos colgando libremente a su espalda, agitándose suavemente como una brisa espectral.
Sus manos sudan, las piernas plantadas en el suelo. La conmoción y la cautela en una mezcolanza amarga, delgados dedos acariciando su cerebro pero sin registrar el típico peligro. Es un cosquilleo eléctrico, estimularte que lo confunde hasta la raíz y lo deja sin saber qué hacer.
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𝑬𝒏𝒕𝒆𝒍𝒆𝒒𝒖𝒊𝒂
FanfictionSu encuentro fue planeado a sus espaldas. Se conocieron por una casualidad organizada. Hablaron y se entendieron al instante. Estaba en ellos el entenderse y sentirse seguros para explicarse. Podrían desahogarse, podrían abrir la boca y no callar su...