Capitulo 1

906 39 3
                                    

Por primera vez en 18 años Alba iba a pasar la Navidad sola, bueno no sola pero si sin su familia y en una ciudad casi desconocida para ella, en la que vivía hacia solo unos meses. Pero extrañamente no le molestaba tanto como había imaginado en un principio. Santa ya no venia durante la noche mientras dormía, sus padres directamente le daban el regalo estipulado antes de desearle buenas noches e irse a la cama, también había dejado de ser sorpresa porque días antes de comprarlo ellos le preguntaban que quería y eso mismo tenia. Nada era como cuando era niña y deseaba abrir sus regalos y descubrir que le había traído ese señor de barba blanca y traje rojo tan simpático. Pero ninguno de esos motivos era el que le había llevado a quedarse en Madrid en lugar de volver a casa.

La culpable tenia nombre y apellidos, Natalia Lacunza Sanabdon. O como repetía mentalmente cada vez que la veía, su novia. Si, si, Natalia Lacunza, ex jefa de animadoras era su chica, ni ella misma se lo creía a veces. Era raro y no porque fuera una chica, nunca le gustó cerrarse puertas y estaba completamente segura de poder enamorarse de un chico o una chica pero nunca imaginó que su primera chica sería la morena que la torturaba en la adolescencia. Mucho menos fue capaz de predecir que Nat lo haría de ella, aunque técnicamente nunca le había dicho que estuviera enamorada o que la quería, pero cada vez que la miraba podía sentirlo y eso era suficiente por ahora.

Su relación era algo reciente a pesar de que la química y la tensión siempre había estado ahí, y con la morena en Valencia y ella en Madrid verse eran solo un par de horas de viaje en tren. Por lo que casi todos los fines de semana de los últimos cinco meses se habían visto, excepto aquellos en los que los padres de la rubia viajaban a la gran ciudad para visitarla y comprobar que su hija seguía en perfectas condiciones. Nat no quería molestar cuando eran solo amigas durante los meses de verano que ambas pasaron en respectivas ciudades para adaptarse, y desde que los dos últimos meses su relación era algo más, en la única visita de los padres, casualmente tenía mucho que estudiar. Semanas después le confesó, bajo presión, que no estaba preparada para enfrentar a sus padres y Alba lo aceptó. Igual que aceptó pasar las Navidades juntas cuando su chica se lo propuso ilusionada, aunque Alba no tenía claro si era por estar con ella o por pasarlas en la ciudad. Natalia quería visitar el enorme árbol que colocaron en la ciudad y patinar en la pista de hielo bajo el, pasear por las calles iluminas e impregnadas del espíritu navideño, ver las calles cubiertas de nieve ... había tantas cosas que hacer y todas tan típicas de turistas que hacian dudar a la rubia pero si Nat quería ... Iba a ser una semana muy intensa empezando por esa noche.

¨ ¡Estoy lista! ¿Por qué no estas lista? ¨ Preguntó Nat apareciendo de la nada en el salón donde Alba descansaba cómodamente en el sofá. Casi parecía enfadada o molesta, pero era difícil para la rubia asegurarlo puesto que su chica apenas dejaba ver su cara. Entre el gorro de lana que tan bien le quedaba, el abrigo y la gigantesca bufanda que cubría su cuello y parte de su cara, era imposible reconocerla.

¨ Estoy lista¨ Aseguró la rubia conteniendo la risa para no molestarla. Si no fuese porque estaba preciosa seria hasta ridículo verla vestida así. ¿Había mencionado el par de guantes en cada mano, las botas y los dos pantalones que llevaba puestos? Pues todo eso hacía de Natalia casi una bolita de nieve, como un muñeco en cuanto salieran a la calle y sus mejillas se tiñeran de rojo.

¨ ¡¿Qué?! ¡No puedes salir así! ¨ Gritó alarmada. ¨ Te vas a congelar ahí fuera¨ Añadió poniendo pucheros. La primera vez que lo hizo quiso convencerla para ir a un concierto y después de reírse por más de cinco minutos por la actitud infantil de su entonces amiga, fueron al boliche. La segunda vez fue para suplicar por volver al apartamento después de una noche de fiesta con los pocos amigos de la rubia en la ciudad, y no sabe muy bien si por el alcohol o por su actitud de nuevo, que acabó robándole un beso. Beso que dio paso a muchos más durante esos dos meses.

Christmas through yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora