Christmas through years

Capítulo 8

Un año más y ese fue especial por muchos motivos. Uno, era su primera Navidad como un matrimonio. Si, Santa le había dejado bajo el árbol el año anterior, un precioso anillo de oro blanco con un diamante en él y una sincera e inolvidable carta en la que Nat le hablaba desde el corazón. No les llevo mucho organizar la boda, quisieron algo íntimo, solo con su familia y sus amigos más cercanos allí, así que solo 3 meses después estaban casadas y más felices que nunca. Por supuesto estaba la visita de sus padres y finalmente la sorpresa de Ici y Julia junto al pequeño Thomas de solo tres meses de vida. Y lo más importante, su pequeña Amanda estaba sana e iba a ser toda una estrella igualita a su mamá. Alba ya podía verse en el escenario junto a su hija después de que la niña superara con éxito su primera función navideña escolar, y enseñaba orgullosa el video y fotos que Nat había tomado porque ella era un mar de nervios incapaz de sostener la cámara.

¨¡Reche!¨ Ici gritó. ¨Apaga eso de una vez y ven a por tu hija¨ Le ordenó haciendo que todos la miraran. La Rafi, Miguel Angel, Marina, Alba, Nat y Julia no pudieron evitar reírse a carcajadas al ver a la rubia con la pequeña Amanda sentada en sus piernas tratando de pintarle la cara con los rotuladores que esa mañana le había dejado Santa junto a muchos regalos más. ¨¡Natalia!¨ Probó suerte con la otra mujer viendo que la rubia la ignoraba. Nat se apiadó de ella.

¨Amanda ¿quieres jugar con Thomas?¨ Ici la miró horrorizada de solo pensar en la pequeña Amanda jugando con su bebe. Quería a esa niña y haría cualquier cosa por ella, pero era un torbellino y tenía peores ideas que Nat cuando eran adolescentes. Le daba miedo pensar en lo que sería capaz de hacer con unos años más.

¨¡No!¨ Negó cruzándose de brazos. ¨Thomas tonto¨

¨¡Amanda!¨ Alba reprendió a su hija. La niña rápidamente bajo la mirada y dejando en paz a Ici se fue a su habitación sin decir nada más. ¨Lo siento, no sé qué le pasa¨ Se disculpó la rubia.

¨Son cosas de críos¨ Ici se encogió de hombros quitándole importancia.

¨Amanda cree que Nat quiere más a Thomas¨ Julia ofreció una explicación simple.

¨Eso no puedo ser¨ la más alta negó inmediatamente.

¨Bueno, no lo has soltado desde que se despertó¨ Apuntó su amiga y ella miró rápidamente a su esposa para que le desmintiera eso. No lo hizo.

¨A mí no me mires, tu eres la celosa aquí. Eso lo ha sacado de ti¨ Alba le acusó directamente con una sonrisa burlona.

¨Sera mejor que vaya a hablar con ella¨ Nat suspiró pasándole el niño a Juls. ¨Te queda muy bien el rosa, Ici¨ Se burló de su amiga al pasar a su lado.

¨¿Qué? ¿De qué hablas?¨ Preguntó mirándose en un espejo cercano para descubrir un par de líneas rosas en su frente. Iba a matar a esa niña.

Natalia llamó a la puerta cerrada con el nombre de Amanda, escrito en purpura en lo más alto, y esperó, estaban intentado enseñar a su hija que debía llamar antes de entrar y para ello, ellas debían hacerlo también, aunque fuese la habitación de una niña de tres años.

¨Amanda, soy mama ¿puedo entrar?¨

Lo intentó una vez más recibiendo un gruñido o algo parecido al que decidió interpretar como un sí. La niña se negó a mirar a su madre y siguió jugando con los bloques de construir que tenía esparcidos por toda su habitación. Nat se sentó junto a ella pasándole los más alejados.

¨¿Te he dicho alguna vez que el día que naciste fue el mejor día de mi vida?¨ La pequeña asintió sin mirarla. ¨¿Y qué me pase toda la noche despierta junto a tu cuna por si te despertabas y me necesitabas?¨ Amanda volvió a asentir. ¨¿Quieres saber otro secreto?¨ Aquello atrajo la atención de la niña. Le encantaban los secretos que solo ella y su mamá compartían, aunque a veces se le escapaba alguno y se lo terminaba contando a su mami. Como aquella vez que jugando en el salón con mamá rompieron un feo jarrón que a su mami le gustaba mucho y cuando ella le preguntó le echo las culpas a la primera sin pestañear. ¨Te quiero más que a nadie en el mundo entero¨ Natalia abrió los brazos para que a su hija le quedara claro lo mucho que la quería.