Capítulo 7

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Natalia se negó a salir de casa la navidad de aquel año. Su séptimo años juntas ¿Quién se lo iba a decir a ellas cuando apenas comenzaban a sentir algo más que amistad por la otra? Alba desde luego no había imaginado que llegarían tan lejos y si llega a saber lo que le esperaba aquella séptima navidad, igual... para que mentir, habría seguido con la morena de cualquier modo.

Nat se encargó de decorar la casa, con la pequeña ayuda de su niña, como si del mismísimo polo norte se tratara y Santa y sus ayudantes vivieran allí. Un árbol gigante en el salón, luces en todas y cada una de las habitaciones y por el exterior de la casa, un muñeco de nieve que ella misma había hecho en el jardín y que su pequeña pudiera ver desde la ventana de su cuarto, calcetines con sus nombres en la chimenea, figuritas de renos y santas iluminados, y así hasta cientos de adornos navideños, incluso muérdago por todas partes para poder besar a Alba cada vez que se cruzaran y que a ésta se le pasara el pequeño enfado que tenía por la locura de su chica.

Alba lo entendía, comprendía que Nat quisiera proteger a Amanda después de la última navidad, pero también quería que su hija viera el gran desfile, a Santa por las calles agitando una de sus campanas y gritando su famoso 'Oh, oh, oh', el encendido de luces del gigantesco Árbol, la pista de hielo...quería que Amanda viviera aquellos días como cualquier otro niño, no encerrada en casa aunque sus adornos pudieran hacerle competencia a la decoración navideña de las mejores tiendas de la ciudad. Y por todos los medios trato que así fuera.

Apagó la alarma del despertador antes de que sonara para no despertar a Nat y salió con mucho cuidado de la habitación para poder ducharse y vestirse lejos de allí, de hecho la noche anterior había dejado sus cosas en la habitación de juegos de Amanda para que su novia no la descubriese. Cuando estuvo lista fue el momento de preparar a su pequeña, tarea nada fácil. Por algún motivo que desconocía, su hija solo se mantenía en calma mientras la vestían cuando era Nat quien lo hacía, con ella misma, con sus padres o cualquier otra persona, Amanda era un auténtico dolor de cabeza.

La rubia suspiró antes de tomar a su hija en brazos. ¨Por favor, por favor... que no llore¨ Suplicó en voz baja antes de llamarla. ¨Amanda, cariño, despierta¨ Alba susurró muy bajo. ¨Mi amor, despierta¨ Insistió haciendo que su hija abriera los ojos. La pequeña la miró y acurrucándose más contra ella volvió a cerrar sus pequeños ojos. Alba miró al techo negando con la cabeza, definitivamente Amanda no era muy madrugadora, no se parecía a ella en eso y era algo que estaba segura había adoptado de Nat. ¨Preciosa es hora de despertar si quieres salir de paseo sin que mama nos lo prohíba¨

¨MamᨠMurmuró la pequeña como si el solo hecho de mencionar a la morena hubiera activado algo en ella. ¨¿Dónde está mamá?¨ Preguntó, o eso creyó entender Alba. Todavía era un poco complicado entender a su hija de dos años, aunque Nat parecía entenderla a la perfección, la rubia hacía algún tiempo que se había rendido a encontrar explicación alguna a la extraña y tan profunda conexión entre sus dos chicas.

¨Mamá sigue durmiendo¨ Le explicó dejándola sobre la cama para intentar vestirla.

¨MamᨠAmanda repitió por tercera vez sonriendo y sin poner oposición alguna a que la rubia la cambiara. Por lo cual Alba estaría eternamente agradecida, porque cuando Amanda no quería, era imposible obligarla y se la escuchaba llorar por toda la casa.

¨Si, cariño. Mama duerme porque está muy cansada, pero tú y yo vamos a ir a ver a Santa y comprar muchos regalos para darle una sorpresa ¿vale?¨

Amanda asintió con una sonrisa en sus labios y comenzó a hacer palmas y dar saltos en la cama.

¨Amanda... shhh... ¨ Alba le indicó que guardara silencio colocando el dedo índice en sus labios. La pequeña la imitó haciendo el mismo sonido y mismo gesto. ¨Si mama se despierta... ¨

¨Si mama se despierta ¿Qué?¨ Alba dio un salto haciendo reír a su hija, quien también saltó en la cama aplaudiendo y gritando.

¨¡Mamá! ¨

¨¡Nat! Me has asustado¨ Confesó la rubia con una mano en el pecho y la otra sosteniendo a su pequeña para que dejara de saltar.

¨Amanda, para¨ Ordenó siendo obedecida inmediatamente. Después se acercó a ellas. ¨¿Por qué esta mi princesa despierta tan pronto y tan guapa? ¨ Preguntó haciéndola reír.

¨Mami, paseo¨ Señaló a su madre delatándola. Alba quiso parecer culpable, de verdad que sí, pero Natalia se veía tan adorable en su pijama de renos igual al de su hija y toda despeinada que no pudo concentrarse en fingir.

¨Alba¨

¨¿Nat?¨

¨¿Qué dijimos?¨ Natalia la miró seria.

¨Yo no dije nada, eres tú la que no quiere que la niña salga¨

¨No es que no quiera¨ Le explicó por enésima vez. No era un capricho, tenía motivos suficientes.

¨Amanda, cariño ¿quieres ir a jugar con tus juguetes?¨ La pequeña sonrió moviéndose para que Natalia la dejase en el suelo y poder correr al final del pasillo para jugar. La morena cedió a regañadientes. ¨Nat¨

¨¿Qué?¨

¨La niña está bien, ya escuchaste a su pediatra la semana pasada¨ Albi la llevó hasta la cama de su hija y la obligó a sentarse. ¨Sus pulmones están bien y no ha tenido una crisis asmática desde hace meses, y de todas formas los niños se ponen enfermos constantemente, salgan o no de casa¨

¨Lo sé¨ Nat admitió una verdad que ya sabía. ¨Y no necesito que me digas lo irracional que es querer protegerla de todo, también lo sé. Pero...¨

¨Pero ¿Qué?¨ Animó a su chica a seguir hablando.

¨Albi¨ Suspiró cerrando los ojos al contacto de la mano de la rubia con su mejilla. ¨Cuando estuvimos en el hospital... no hubo ni una sola noche en la que no me quedara despierta vigilándola, y verla conectada a un montón de cables fue...¨

¨¿Aterrador?¨ Probó Alba sabiendo que ella nunca lo diría. En cambió asintió de acuerdo con ese término. ¨Lo sé, Nat. Estuve allí contigo ¿recuerdas?¨

¨¿Y si vuelve a pasarle mí amor? Hace frio fuera y es tan pequeña¨ No era la primera vez que se planteaba esa posibilidad, de hecho durante meses tuvo pesadillas en las que su pequeña volvía al hospital, y eso le asustaba más que nada. Puede que fuese dramático, pero después de tantos años junto a la persona más dramática del planeta, más su propia intensidad, pues el cóctel es poderoso.

¨No podemos evitar que vuelva a ponerse enferma Nat, va a estarlo muchas veces a lo largo de los años¨ Natalia la miró directamente con una mirada que decía que deberían poder evitarlo. ¨Me encantaría poder evitarlo tanto como a ti, pero como no podemos, deberíamos aprovechar cuando está bien para salir a pasear, llevarla al parque, de compras, a ver el desfile...¨

¨¿Ese era tu plan? ¿Ir al desfile sin que yo me enterara?¨ Preguntó con media sonrisa.

¨Algo así. Pensaba dejarte una nota¨ Confesó haciéndola reír.

¨Te habría descubierto en cuanto hubieses intentado quitarle el pijama a Amanda¨

¨¡Eso es mentira!¨ Gritó ofendida. ¨La he vestido y no...¨

¨Por qué yo estuve todo el rato detrás de ti¨ Natalia reveló su secreto. Alba abrió los ojos sorprendida y trató de protestar pero nada salió de su boca.

La más alta la besó colocando ambas manos en sus mejillas acariciándola y ella suspiró olvidándose de su pequeño debate interno en el que estaba ofendida por la sugerencia de su novia de no ser capaz de vestir a su pequeña. Natalia también suspiró al separarse.

¨Supongo que debería vestirme si vamos a salir¨ Dijo abatida provocando una sonrisa en Alba. Por una vez uno de sus planes salían bien, aunque no exactamente como lo había planeado, pero si mucho mejor.

Las semanas siguientes fue Alba quien las obligó a quedarse en casa, aunque más que ella, fue la gripe que le acompañó durante toda la navidad. Y a pesar de las advertencias y los 'te lo dije' de Nat, fue una de las mejores navidades de la rubia, porque un año más tenia a sus chicas a su lado cuidándola. Además, ese año, Santa le dejó el mejor regalo de su vida, después de su pequeña por supuesto.

Una más!! Ufff que será ese regalo no?? 😁
Esto se va acabando ...

Christmas through yearsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora