CAPÍTULO 8

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Changbin podía recordar cinco veces en las que había visto a Felix darle la mano a alguien más, y en esas cinco veces, se recordaba aguantando el aliento.

Que no lo malinterpretaran; vivir en un mundo donde existe algo como el "Primer Contacto" instantáneamente te hace consiente del momento en el que le tocas la mano a alguien, Changbin hubiera estado pendiente quizás de la ceremonia que significaba tocar a los demás si no hubiera estado tan acostumbrado a vivir con sus guantes de cuero negro e ignorar el acto por completo.

Como si eso no significara que estaba perdiendo por completo su oportunidad de conocer a su gran "Alma gemela" y la felicidad eterna que venía por consiguiente.

Pero resultaba que a Changbin no le importaba.

O eso creía.

A él no le importaban las almas gemelas, ni la máxima felicidad, ni vivir enamorado de alguien tanto que necesitabas vivir prácticamente pegado a otro de la cadera.

Changbin amaba su independencia, amaba el poder que sentía al ser deseado, y el placer que le traía negarle a los otros el premio que significaba regalarles una noche de su vida, un beso, una mirada o una caricia. Y había descubierto que las personas de verdad lo veían así; como una extraña clase de premio. Una noche con Changbin era algo que todos, incluso sin conversarlo, sin entenderlo ni conocerlo, sabían cómo terminaba: con Changbin marchándose en la mañana, y despidiéndose de manera galante, como si el intercambio coital hubiera sido un mero trámite.

Pero resultaba que así era. Changbin estaba cubriendo una necesidad, bien podría significar una ida al supermercado.

Luego había llegado Felix a su vida y toda su charada de "Seo Changbin no tiene pareja" se había derrumbado por qué, y que alguien le explicara por favor, había hecho más cosas de parejas con Felix que con cualquier otra pareja que hubiera tenido antes en su vida.

Ni siquiera lo había besado todavía, maldita sea. Changbin había tratado con más frialdad a personas que lo habían dejado cogerlos por el trasero que a Felix.

Esperen, ¿Por qué había comenzado a pensar en esto?...

Ah, sí. Changbin podía recordar cinco veces que había visto a Felix tocarle la mano a otro ser humano.

Ninguna de esas cinco veces había pasado inadvertida, ni aunque Changbin así lo hubiera deseado.

¿En su opinión? La última había sido especialmente grotesca: Justo frente a él, en medio de toda la clase, Changbin había visto a Felix darle un apretón de manos a alguien cuya cara ya no recordaba y casi se había quedado sin aire por diez segundos.

Fue extraño... A penas vio que Felix estaba haciendo el ademán de tomar la otra mano, su estómago de dio vuelta y su tráquea se cerró un poquito. ¿Se le habrían dilatado las pupilas? Su espalda se había tensado y había cerrado su puño de pronto, sin saber por qué, pero no se detuvo en esa pequeñez. Lo único que le importaba en ese momento era descifrar la reacción de Felix y reconocer ahí, rápido, si el Primer Contacto había sucedido o no.

No sabía por qué, pero por un lapso de segundo que Felix fuera el conectado del alumno X le hacía perfecto sentido.

Mientras veía en cámara lenta ambas manos tocarse, Changbin podía imaginar las mil y una razones de por qué Cara-bonita allí hubiera sido un mejor Conectado para Felix que Changbin.

Pelo-oscuro tenía la cara debatiblemente atractiva, era inteligente (lo suponía, tomaba clases una de sus clases... aunque pensándolo bien, había conocido tantos idiotas en Harvard como en cualquier otro lugar, así que no tomaría aquello como un hecho) de cualquier manera, era inteligente (por verificar) tenía probablemente la misma edad de Felix, y si los Conectados hacían sentido o no, Estudiante-que-no-recordaba hubiera sido un buen partido.

Black Leather - ChangLix - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora