EPÍLOGO

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Lo que alguna vez fue Anderson y Jenkins ahora era Anderson-Jenkins-Seo. A Changbin le tomó un año poner su nombre en la pared, un año y medio derrocar la "prueba de legitimidad" y un invierno entero en acostumbrarse a las terribles nevadas de Nueva York.

La vida era buena con él, la ciudad también.

Nada podía ser malo con Felix a su lado. Mientras Changbin se devoraba el mundo corporativo como bestia hambrienta, Felix ocupaba sus dotes en la medicina para guiar una investigación que quebró unos cuantos paradigmas.

Resultaba que, gracias a Felix y a un vasto equipo investigativo, se descubrió de manera fehaciente cómo el cerebro de los Conectados mutaba en su funcionamiento a los seis meses de estar juntos. No era cuestión de separarlos y ver cómo se comportan, sino que lo empírico estaba allí, dentro de sus cabezas.

El cerebro de los Conectados trabajaba de manera tan diferente que la actividad cerebral se disparaba por las nubes, y con unos cuantos exámenes, era cosa de niños verificar si una pareja de Conectados lo eran realmente. Tenía sentido, después de todo, un Conectado podía aprender idiomas a velocidad extrema, mejorar la productividad a niveles exorbitantes y sus sentidos se agudizaban de una manera que un común jamás podría entender. Changbin con el tiempo aprendió a apreciar la velocidad de su cerebro, tanto así como su fuerza, pero jamás dejaba de impresionarse con las capacidades de Felix, quien aún después de perder su memoria eidética continuaba siendo el genio que siempre había sido.

Felix no solo había trabajado arduamente para proponer su examen como el nuevo test, sino que además había sido el importante fundador de una organización sin fines de lucro para ayudar en la búsqueda de la solución para todas aquellas personas víctimas del destino y de la necesidad química de encontrar a su otra mitad. Víctimas como alguna vez lo fue el padre de Changbin, o incluso su madre.

La vida fue buena. De verdad que sí.

Celebraron su segundo aniversario en las Bahamas. Después de mucho debatir, decidieron invitar a todos sus cercanos (Jisung y su novio Minho incluidos) para festejar el amor que se tenían. Fue una ceremonia hermosa en la playa, Gemma moqueando junto a Seungmin y Jisung aguantándose las lágrimas luego de que Changbin terminará un pequeño discurso improvisado que tomó a todos por sorpresa. Felix sonrojado hasta el pelo.

No podía evitarlo ni aunque lo quisiera. Con el tiempo había descubierto que demostrar su amor en público ponía en Felix un sonrojo diferente que lo hacía ver incluso más adorable que el sonrojo habitual. Solo para ver esa sonrisa Changbin meditaba cada día qué tan lejos podía llegar sin cruzar las líneas de la decencia, pero su Conectado se lo ponía difícil.

Estar tan perdidamente enamorado era de locos, pero Changbin lo disfrutaba a cada segundo.

Cuando por fin cumplió los treinta la familia se hizo más grande. La pequeña Alice llegó a sus vidas como un torbellino revoltoso de dos años que pintaba las paredes, caminaba con torpeza y balbuceaba todo lo que escuchaba. No era fácil ser la hija de dos padres como ellos, tan locos de amor, felices y condenadamente exitosos, pero Alice se las arreglaba para revolotear como mariposa sobre sus hombros, agregando a sus vidas, para la sorpresa de Changbin, incluso más felicidad de la que ya conocía.

Y el que alguna vez fue conocido como el temible "Profesor Seo" ahora era, simplemente, "Papá".

La vida fue bastante buena.

Incluso cuando no lo era.

Observó el cuerpo de su amor recostado sobre la cama. Felix respiraba con dificultad, pero su sonrisa se mantenía terca en su rostro pálido.

No se atrevía a sentirse molesto, furioso o enojado con el destino, incluso cuando a su parecer la vida le estaba pidiendo que se marcharan demasiado pronto. No podía hacerlo. Lo que sea que fuera la fuerza externa que se entromete con ellos, había sido amable. Sus días juntos fueron una completa bendición.

Black Leather - ChangLix - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora