Capítulo 3

16 1 0
                                    


— Y va el imbécil y me suspende. ¿Os lo podéis creer? 

— Igual si hubieras estudiado un poquito más en vez de pasarte el finde en casa de tu novia, estarías aprobada.

— Serás capullo, pero si estuvimos estudiando las dos juntas.

— Si, claro, seguro que estudiasteis mucho... — todos se ríen ante el comentario de Ben, que lleva burlándose de las desgracias de Shana un buen rato. 

Estoy sentada en una mesa de la cafetería pasando el rato con algunos de mis compañeros de clase, esperando hasta nuestra siguiente clase. No soy muy sociable, así que apenas he intervenido en todo lo que llevan de conversación, además, Grace no ha venido hoy a clase y me aburro. Me ha enviado un mensaje esta mañana diciéndome que estaba enferma y no podría venir hoy, así que me toca aguantar el día sola.

— Pues sí, listo, que has sacado tú, ¿eh?

— Un tres, pero almenos yo no me quejo.

Shana le dedica una mirada asesina y le gira la cara, molesta.

— Bueno, cambiando de tema — interviene Layla, igual de cansada que yo de la conversación de esos dos — podríamos hacer algo antes de que termine el verano, ¿no? Ir a la playa, a la piscina o... bueno, siempre podemos invadir la casa de la playa de Ben — añade con una sonrisa digna de una niña pequeña que acaba de hacer una travesura.

— Pero si estamos a finales de septiembre, ya es casi otoño — espeta Harry, extrañado.

— Por eso, antes de que empiece a hacer frío. — le contesta ella.

— Eso de que os autoinviteis a mi casa me está empezando a sacar de quicio... aunque bueno, da la casualidad que este finde mis padres se van fuera... — todos se giran hacia Ben con una sonrisa de triunfo.

— Entonces, ¿decidido? — pregunta Layla.

— Oye, pero que yo no he dicho que s...

— Por favor Ben, sabes que tú también tienes ganas de esto, te prometo que no romperemos nada esta vez y te ayudaremos a limpiarlo todo — Layla suplica poniendole ojos de cachorrito.

 — Muy bien, pero solo porque yo quiero, no por otra cosa.  Os quiero a todos puntuales en la puerta de mi casa el viernes a las 7, eso o os quedáis fuera.

Todos empiezan a aplaudir y celebrarlo mientras yo finjo una sonrisa y me levanto, cansada de tanto alboroto. 

— Ey, Alison, Grace y tú vais a venir también, no? — me detengo al oir la voz de Layla y vuelvo a girarme hacia ellos.

— Em... yo no creo que vaya, pero se lo comentaré a Grace — lo cierto es que no me hace mucha gracia ir pero como Grace se entere de que no se lo he dicho y que se pierde esa fiesta por mi culpa, ya puedo ir cavando mi propia tumba.

— Venga anímate, lo pasaremos genial — insiste ella.

— Ya, bueno, nos vemos luego, vale? — fuerzo una sonrisa y me voy lo más rápido que puedo antes de que vuelvan a preguntarme. 

***

— ¿Una fiesta en el pedazo de casa de ben? Espero por tu bien que hayas dicho que sí. — me suelta Grace con tono amenazador cuando la llamo para comentarle lo de la estúpida fiesta.

— Pues no. He dicho que te lo comentaría.

— Pues ya les estás diciendo que vamos a ir.

— Querrás decir, vas a ir.

La luz de mi tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora