13.

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Lunes, el día que más odiaba había llegado nuevamente.

Se levantó tan rápido como pudo cuando su alarma sonó, si no lo hacía en ese momento nunca lo haría y llegaría tarde otra vez a su instituto. Con una grande pereza se cambió de prendas, y al pronto terminar fue a levantar a sus dos hermanos menores, y uno de diferente sangre.

Al final de todo ellos eran una de las cosas que más amaba.

Al ya haber visto y asegurado que los dos chicos y chica estuvieran despiertos, bajó a su cocina para preparar el desayuno, Kotoha cuya adulta que les cuidaba, estaba descansando y aún no despertaba, prefería no molestarla, ella se mataba trabajando y eso era muy bondadoso de su parte, muy bondadoso.

No demoró mucho haciendo el desayuno, hizo un simple té y al tenerlo listo dejó en el comedor cada taza correspondiente a cada uno de los adolescentes y niño.

- ¡El desayuno ya está servido! ¡Bajen rápido que no tengo todo el santo día! - De mal humor llamó a los jóvenes, sin haber pasado más de un minuto, observó que los tres bajaron tan veloz como sus piernas les permitían. - Bien... Tomen rápido que cada uno debe ir a su colegio.

- Yo sólo estoy aquí porque tu voz no me agrada.

- ¿Y eso, Inosuke? - Curioso preguntó.

- Te has levantado de mal ánimo, Tanchan. - Respondió el más pequeño del hogar, Rokuta. Con una lagrimita disimulada en su frente.

El pelirrojo miró a los tres jóvenes confundido, ¿Cómo mierdas ellos sabían cómo se encontraba siempre?

- ¿Por qué ustedes siempre tienen la mayor y acertada idea del cómo me siento cada día? Esto parece acoso.

- ¿Aún no te das cuenta, Onii-chan?

- ¿De qué debería darme cuenta?

- Tu aroma, tu aroma te está delatando, Monjiro. - Y justo cuando terminó de hablar, vió que la piel de su amigo de cabello extremadamente rojizo oscuro se puso de un color rosáceo.

A pesar de "saber bien" ocultar sus sentimientos, su cuerpo lo delataba, Tanjiro era fácil de leer a simple vista. - Oh, qué sorpresa. - Sarcásticamente habló. - Tu aroma ya lo has ocultado, espero y no se te olvide otra vez, si es que quieres "ocultar" tus sentimientos como un emo profesional.

- ¿Emo? No andes chingando.

- ¡A que si te queda bien!

- ¡Una patada en el culo te quedaría bien! - Iba a seguir gritándole sus oscuras verdades al de orbes esmeraldas, pero algo iluminó su mente con un foquito de ilusión. - ¡ALTO!

- ¿Y ahora qué?

- So. Digo, debemos apurarnos.

- Te quedaría bien una peluca y nariz de payaso.

- Nah, primero mírate al espejo y luego me lo vuelves a decir sin ningún tipo de nervios.

- ¿¡Me veo nervioso?!

- Cállate y come, hijo de tu bendita, hermosa y adorable madre.

- No quiero.

- Ah, pues chingaste, ni que te fuera a dar de comer como bebé. - Carraspeó, tratando de cambiar de tema, aún no tomaba desayuno y seguro que no lo haría, no tenía hambre. - Como sea, son las 6:49 am. Nos quedan algo de 20 minutos para llegar al instituto y Nezuko ya terminó su desayuno, faltas tú.

Suspiró y subió a velocidad de la luz a la habitación de la de cabellos negros para despertarla lentamente, ella debía dejar a Rokuta en su colegio. Al insistir un poco con eso la logró levantar, notó que la chica estaba más cansada de lo normal, eso le irritaba.

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⏰ Última actualización: Feb 12, 2022 ⏰

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