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Anne corría y corría lo más rápido que podía, quería llegar a la casa de una de sus mejores amigas, osea Marcy Wu. Tenía muchas pregunta qué hacerle, le caería a preguntas y demasiadas.
Al llegar a la casa de la asiática se había agachado un poco colocando sus manos en sus propias rodillas. Más nunca volvería a correr de esa manera y menos con la fácil que se agotaba. Comenzó a tocar la puerta de forma lenta, minutos había pasando dejando ver una cabellera azabache algo anormilada quién la miraba de la misma manera.
— ¡Marcy Wu! ¿Te gusta Sasha? ¿cómo te puedes gustar ella? ¿Es solo atracción? — habló de forma rápida mientras respiraba un poco agitada.
Marcy ahora sí se había despertado, con sus ojos abiertos cómo platos, se apoyó en el marco de aquella dura puerta de madera tallando sus ojos.
— primero que nada... Buenas noches Annie,, y segundo ¿qué? — al entender bien todo, sus mejillas ardieron con fuerza. — ¿G-gustarme Sasha? ¡Para nada, Anne!
Anne ya aliviada y un poco recuperadas de su gran maratón se incorporó suavemente arqueando una ceja y mirándola con atención.
— entonces... ¿quién te gusta?
— no me digas qué... ¿Viniste corriendo a lo loco para preguntarme eso? Díos Anne... ¡Son las tres de la mañana! — hizo un puchero suave para luego mirarla.
¿Tres de la mañana? Juraba que eran las tres de la tarde, sip Boonchuy andaba bastante perdida.
— ¿¡QUÉ!? en fin... ¿Tus padres están?
— ujum pero... Anda pasa, hace frío. — habló un tanto calmada para luego darle un pequeño espacio para que entrará.
Anne de forma respetuosa hizo una pequeña reverencia diciendo una palabra en tailandés la cuál era "gracias bella dama" dejando a Marcy con una suave risita y una carcajada sobre sus labios.
Subieron a la habitación de Marcy, la cuál debía suponerse era bastante gamer. Muchas consolas, pósters de mangas, hasta algunos de sus personajes favoritos. Además de tener regado por todo el suelo pequeñas hojas, lápices y hasta parte de sus camisetas. Anne soltó una risita al ver tal desorden.
— ya... Me impresiona que vinieras a las tres de la mañana,, ¿Cómo tus padres te dejaron?
— simple, les dije qué haría una pijamada contigo aunque ahora que lo pienso... — miró al suelo tocando el puente de su nariz. — con razón me miraron con cara adormilada. — soltó una suave carcajada para luego tomar asiento sobre la cama de la Azabache.
Marcy soltó una risita, enserio que Anne Boonchuy podría ser bastante ¿Boba? Si éso. Se sentó a su lado arreglando un poco su gorro de dormir.
— ahora... ¿quién te gusta? — se había acercado peligrosamente a ella, creando qué Marcy se echará para atrás del susto.
— p-pues... E-ehm... — sus nervios la estaba controlando, suspiro suavemente.
Anne soltó una risita al ver lo tierna que era aquella Azabache, volvió a incorporarse para que no tuviera tanto nervios.
— pues... ¿Sasha? No lo sé, bueno si se pero... ¡No estoy segura! — tapo su propia cara sintiendo su corazón acelerarse.
Imágenes de Sasha venían a su mente, cabellera rubia y dorada bastante hermosa, aquel lunar el cuál resaltaba mucho en su cara y sus labios... Sus labios los cuales eran bastante apetecibles de besar. Soltó un chillido y calló de espaldas en la cama tapando más su cara.
— ¿E-esta bien que no pueda sacarmela de la cabeza? !h-hasta quiero robarle un beso! — hizo un sonido de frustración abrazando una de sus almohadas.
Anne soltó otra risita mirándola, que ternura daba.
— la verdad es porqué ella te gusta pero... No quiero que te moleste. Sasha... Puede ser algo imbécil. — habló mientras se acostó a su lado mirando al techo.
Marcy quitó sus manos de su propia cara ahora mirándola.
— ni idea... Pero, no creó que le guste.
— yo creo que sí. — murmuró de forma bastante baja y en tailandés.
— ¿dijiste algo?
— ¿Yo? Nada.
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En otro lado, una rubia daba vueltas sobre su propia cama, dejando está echa un desastre, suspiraba para si misma. No podía dormir, para nada miles de pensamientos llegaban a su mente. Tomó una almohada para luego llevársela a su propia boca ahogando un grito de frustración.
— por la mierda, no puedo dormir... — murmuró para luego sentir cómo una pequeña cola peludita era frotada por su pierna. — ahora no, mugry...
El gato maullaba en busca del cariño de su ama creando qué Sasha lo miraba. Aquel peludito gato que tuvo desde pequeño, un gatito bastante peludo con un color griseado, era bastante bonito. Lo tomó entre sus brazos cargandolo con cuidado.
— ¿Sabés, será que realmente me gusta esa nerd? ¡No puedo sacarla de mi puta cabeza! — un gruñido se escapó de sus labios.
El gato sólo la miraba moviendo su peluda cola de un lado hacía el otro, soltando uno que otro maullido.
— ni idea porqué habló con un gato. — cerró sus ojos colocando uno de sus dedos contra el puente de su nariz algo irritada.
Suspiró nuevamente, esa noche sería larga y vaya que sí.
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