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Un día nuevo, la escuela totalmente aburrida la rubia miró de lejos a la azabache quién sacaba sus cuadernos de su respectivo casillero.
Sasha la miraba, era realmente linda y eso que le daba la espalda. Sin pensarlo dos veces la había acorralado contra su propio casillero. Marcy quién se había dado cuenta de eso, sus mejillas ardieron con fuerza se dió la vuelta.
— Anne no es gracioso... — al dárse la vuelta se había encontrado con aquella mirada penetrante. — ¡S-sasha!
— La misma. — habló para luego mirarla. — verás... ¿Se puede saber qué haces en mi cabeza? No sales de ella para nada. — siguió hablado de forma directa y sin ningún miedo. — necesito... — acercándose a ella quedando a escasos centímetros de su rostro.
— Besarme...
— ¿qué?
— Besame.
La rubia la miró con suma atención dándose cuenta que las mejillas de la contraría ardían con toda la fuerza del mundo.
Ambas se miraban fijamente, sus respiraciones chocaban entre sí, estaban perdidas en el mundo de la otra. Sasha una que otras veces baja su mirada hacía los labios de la Asiática, Marcy por otro lado andaba bastante impaciente cosa que la rubia había notado en eso, en un rápido movimiento y tomando su cintura la apegó hacía ella por fin plantandole un suave besos en sus labios.
Un beso bastante dulce y torpe a su vez.
Se habían separado, pero claro ambas aún se miraban respirando un poco agitadas para luego nuevamente unir sus labios en un beso más intenso qué el anterior. Dónde por así decirlo sus lenguas hicieron un papel importante en la situación.
La de tez un tanto palida había cargado a su contraría quién rápidamente había enrollado sus piernas alrededor de su cintura con la simpleza de no caerse y apegarse más a su mayor.
Y así fué, ahora estaban ambas en uno de los salones dándose besitos. Claro todo bastante tierno.
Porqué... Sasha tenía la necesidad de cuidarla del mundo, de darle amor, de hacerla felíz.
Después de todo, había descubierto qué... Estaba locamente enamorada de Marcy Wu.
Un sentimiento qué en su vida nunca había experimentado.
Si, ella tenia citas y esas cosas pero ninguna ¿Oficial? Se podía decir que el amor para ella era un juego, pero claro desde que conoció a esa chica streamer todo había cambiado en su mundo.
Ahora era... De un color mas rosado ¿o simplemente... verde?
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— ¡Heya! Aquí Marbbles, el día de hoy estoy bastante feliz. — un nuevo directo ese día, Marcy sonreía de oreja a oreja.
Todos estaban realmente felices de verla, además se le había tan tierna.
— el día de hoy... Pude aclarar muchas cosas en mi mente y hasta corazón. — volvió a hablar y gracias a eso sus mejillas se fueron tiñendo de un fuerte color carmín.
Había recordado aquél día donde la rubia la besaba.
Un chillido salió de sus labios.
— en fin, el día de hoy... ¡Vamos a jugar Minecraft! — soltó una suave risita. — técnicamente hace bastante que no juego eso,, es más ¿Cuánto llevó sin jugar?
Todos en el chat comenzaron a decir que varios meses, otros que un año o dos.
Realmente Marcy ni lo recordaba.
— bueno ya, seguiremos con la série de hace bastante tiempo. — sonrió de forma alegré.
Anne quién estaba en su casa siendo acompañada por la rubia había notado algo bastante extraño en el directo de su mejor amiga.
Ella tenía por así decirlo un pequeño chupón en su piel morena, soltó un chillido creando qué la Alemana se asustará.
— ¿qué pasa? ¿porqué chillas así? — suspiró para si misma, mientras que la tailandesa le había señas para que se acercará, cosa qué hizo. — ¿qué sucede, Anne?
— ¡Marcy tiene un chupeton! — gritó técnicamente cerca de su oído.
La Alemana golpeó suavemente su hombro ante ese grito.
— perdón... Mirá, ya te la bajaron.
— ¿quién no dice que yo le hice eso? — murmuró de forma un tanto baja pero claro, Anne había escuchado con perfección. Se mantuvo mirando la pantalla.
Anne la miraba con la boca abierta y luego a la pantalla y así, estaba bastante impresionada por aquella confesión, aunque lentamente chillaba por dentro.
— espera... ¿QUÉ?
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