Ahora Es Mío

Capítulo 6

Capítulo 6

La noche era fría, una suave brisa movía sus cabellos mientras varias estrellas cubrían el cielo despejado, algo que no era fácil de apreciar en las ciudades.

—¿Y cuándo piensas hablar con Zero? —preguntó Ichiru mientras el fuego de la fogata soltaba chispas por el tronco que Kain habían lanzado hacía este junto con una ramas secas— ¿O piensas ocultarlo eternamente?

Kain ahogó un suspiro antes de volver al tronco que usaba de asiento, Ichiru no era un chico que soltara fácilmente un tema y este era su favorito. Moviendo los leños con un fierro observó detenidamente como el fuego danzaba siguiendo el aire, Zero se había ido a dormir poco después de Yagari y debió suponer que Ichiru se había quedado para acorralarlo una vez más.

—Ahora está soltero —Le recordó Ichiru

—Él tiene a Rido —Señaló antes de beber un sorbo de cerveza

—Sabes muy bien que eso no irá a ningún lado, creo que lo entiendes mejor que nadie —Ichiru le lanzó un malvavisco a la cara mostrando su malestar— ¿Por qué no lo quieres hablar?

—Porque es enfermo de mi parte —Puntualizó finalmente el castaño— Entiende, somo casi...

—No son hermanos —Interrumpió el chico de cabello plateado antes de tomar un sorbo de su cerveza— Él y yo somos hermanos, tu y él sólo...

—No somos hermanos, tan solo crecimos juntos —Ironizó el castaño con una sonrisa burlona— Desde pequeños hemos estado ahí los tres, compartiendo y creciendo

—Y aun así han pasado más de diez años y sigues enamorado de él mucha gente creció con nosotros y no por eso somos hermanos de ellos —Se burló el menor, antes de sonreír — Creo que lo mejor es que dejes que él decida qué piensa de todo esto

—¿Y si todo cambia? —Preguntó Kain

—¿Y si lo hace para bien? —Insistió el gemelo

Kain cogió otra cerveza antes de mirar al cielo.

Todo había iniciado hace tanto años que cualquiera esperaría que ya hubiera superado aquellos sentimientos pero en el momento en que veía aquellas orbes amatistas y esa sonrisa burlona caía una vez más.

—Deberías darte una oportunidad —Insistió el chico de cabellos color plata— Por último para fallar

—Fallar no me aterra —Señaló Kain con una amarga sonrisa dibujada en sus labios— Perderlo. Ese es mi mayor temor

Inchiru ahogó un suspiro pero no insistió, podía entender los miedo de Kaito o al menos lo intentaba. Entre los tres él siempre había sido el más osado de todos... eso le había generado un montón de cicatrices pero podía decir que nunca dejó que sus temores lo detuvieran.

De pronto sacó un pequeño móvil de su bolsillo observando como la pantalla se iluminaba una vez más, algo que le generó una pequeña sonrisa burlona antes de guardar el objeto nuevamente en su lugar.

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Tan solo había dado un par de pasos eliminando la distancia entre ellos antes de alzar su mano y dejarla caer sobre la mejilla del moreno haciendo que el rostro de este se volteara mientras un color carmín se dibujaba donde se posó su mano. La mujer estaba con la mandibula tensa, apretaba los labios con malestar y estaba claro que aquel golpe no había sacado todo el coraje que sentia.

—Deja mi familia en paz —Ordenó Juury molesta observando a Rido quien le dedicó una socarrona sonrisa— No tengo ni idea de que pretendes sacar con todo esto pero es momento que te alejes, de mi hijo, de mi esposo y de mí