-Debes dirigirte al oeste-habló el cuervo-en el camino te encontrarás con alguien-sin una palabra más desapareció.
El adolescente de ojos carmesí no vacilo y se dirigió trotando por el camino indicado, su respiración se detuvo cuando vio al pilar del agua.
''Tomioka san''
Ese fué un susurro casi inaudible, lo intentó otra vez.
''Tomioka san''
Esta vez se aseguro de que el pelinegro lo escuchara, detuvo sus pasos lentamente mientras buscaba alguna salida a la situación, así que...ahora era el momento ¿No es así? pasaron más de dos años, la respuesta era clara.
''Tanjiro''
El pelinegro se quedo unos segundos contemplando la mirada del menor. Su sonrisa tan brillante como el sol alegraba día, no era un secreto para los demás pilares que a Tomioka le fascinaba el cazador de ojos burdeos y sonrisa angelical. Pues un casi matrimonio no se le puede ocultar a nadie. Dejando ese tema de lado Tanjiro Kamado nunca dejó de ser un chico noble y gentil, tomando la culpa junto con los pilares y su amigo Zenitsu, tal vez ese era el momento adecuado para ser egoísta, pero no lo fue y nunca se arrepentiría de eso. Con las manos frías fue el menor quien tomó el impulso para hacer contacto visual con su superior, a Giyu se le estremeció el corazón.
Tomioka san-habló -¿Sabe donde iremos?
Si- Respondió, sin más emprendió su rumbo hacia el oeste siguiendo la ruta hacia un pueblo lejano donde se habían recibido llamadas de auxilio sobre un demonio con una técnica de sangre algo peculiar, como si el avistamiento de demonios dos años después de su exterminación no fuera un hecho peculiar.
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Dos sombras se movían rápidamente en la oscuridad, lamentablemente uno de ellos encontró su destino en el suelo, herido por algunas ramas y púas de algún rosal.
''Mierda''
Volvieron a correr hasta dejar la ciudad, si querían que nadie se enterara debían ser cuidadosos, de un momento al otro una ráfaga de polvo se esparció por el terreno y en seguida las dos sombras desaparecieron.
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El calor azotaba el rostro de Tanjiro mientras caminaba, muchos recuerdos pasaban por su mente, desde la batalla de Muzan hasta el día en que el y su superior fueron el uno para el otro, claro, todo eso paso mucho tiempo, seguramente Giyu había encontrado alguien para él, una chica...Alguien que de verdad esté a su altura ¿No es así?
No
Tomioka san, ya llegamos?- Estaba cansado, caminar toda la noche no fue la mejor idea que se le pudo haber ocurrido.
No, aun no-Por el contrario el pelinegro solo veía con nostalgia las gotas de sudor que se escurrían en su cabello pelirojo, uno que otro recuerdo venía a su mente, recuerdos que estaban de más mencionar, Giyu tomó valor esta vez.
Estas cansado?- Volvió a tomar ese impulso anterior y camino tranquilamente hasta donde se encontraba Tanjiro, lo tomo del brazo, un gemido salió de los labios debido a la fuerza del agarre. Tomioka que aprovechó la diferencia de altura para poner a Tanjiro en su espalda, quería arreglar las cosas, y lo haría cueste lo que cueste
'' Tomioka san, siento un aroma extraño''
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