9- duelo a la hora de las brujas

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capitulo 9: duelo a la hora de las brujas 

Elizabeth 

—¿Por qué todos se están amontonando? —pregunte minuciosamente a Natalia

—vamos a tener practica en la escoba con los Griffindor —dijo ella

después de lo que ocurrió en el bosque Natalia se esforzó mas de lo debido en ser la primera de la clase, casi superaba a la chica de Griffindor. 

en cuanto nuestro tercer día consecutivo de castigo termino, ella y yo regresamos agotadas a las mazmorras, platicando de lo torpe que es el profesor de defensa contra las artes oscuras o de que espectacular es la materia de transformaciones.

—creo que tengo que ir a estudiar —dijo Natalia una vez llegamos a nuestra habitación 

—¿para?

—para las clases d4e vuelo, no quiero hacer el ridículo—dijo sentándose en su cama 

—no lo aras, y aparte ¿Qué no eso no se puede aprender de los libros?—dije mirándola —creo que deberías relajarte, es solo una clase mas, no tiene importancia —dije a lo que ella asintió pensativa 

a las tres y media las chicas junto a otros Slytherin se dirigieron al lugar donde se tomaran las clases de vuelo, minutos después llegaron los Griffindor y con ellos mi hermano, el cual tropezó y rodo un par dé metros colina abajo.

—creo que viene de familia el mal equilibrio —susurro Natalia a mi oído

—creo que si—y en cuanto termine de decir eso llegó la profesora, la señora Hooch. Era baja, de pelo canoso y ojos amarillos como los de un halcón.

—Bueno ¿Qué estáis esperando? —bramó—. Cada uno al lado de una escoba. Vamos, rápido—dada esa orden me coloque donde indico

—Extended la mano derecha sobre la escoba —les indicó la señora Hooch— y decid «arriba».

—¡ARRIBA! —gritaron todos.

La escoba de Harry saltó de inmediato en sus manos al igual que la de mi hermano , pero fueron dos de los pocos que lo consiguió. La de Natalia, Hermione Granger y la mía  no hizo más que rodar por el suelo y otras no se movieron en absoluto.

luego la profesora nos indico la manera correcta de subir a la escoba sin resbalarse, pude ver la cara de Malfoy cuando la profesora le dijo que no lo estaba haciendo bien, aunque el presumía que era el mejor.

—Ahora, cuando haga sonar mi silbato, dais una fuerte patada —dijo la señora Hooch—. Mantened

las escobas firmes, elevaos un metro o dos y luego bajad inclinándoos suavemente. Preparados... tres... dos...

Pero un chico de Griffindor, nervioso y temeroso de quedarse en tierra, dio la patada antes de que sonara el silbato.

—Neville—dijo una muy asustada Natalia 

—¿lo conoces?— pregunte a lo que ella asintió

—¡Vuelve, muchacho! —gritó, pero Neville subía en línea recta, como el corcho de una botella...

Cuatro metros... seis metros... su cara se volvió pálida y asustada, mirando hacia el terreno que se alejaba, lo vio jadear, deslizarse hacia un lado de la escoba y... BUM... Un ruido horrible y Neville quedó tirado en la hierba. Su escoba seguía subiendo, cada vez más alto, hasta que comenzó a torcer hacia el bosque prohibido y desapareció de la vista.

La señora Hooch se inclinó sobre Neville, con el rostro tan blanco como el del chico.

—La muñeca fracturada —la se escucho murmurar —. Vamos, muchacho... Está bien... A levantarse.

el amor antes de la lluvia (Ron Weasley) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora