Capitulo 9: Caminos del destino

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—  Eres una....—el hombre estaba dispuesto a golpearla y ella cerró sus ojos cuando sintió un silencio profundo, no sabía que era pero de repente el que la sostenía salió corriendo dejándola libre, abrió sus ojos y pudo ver a un hombre que no reconocía por los rayos del bajo sol......

—  ¿Q-quien eres?—alcanzo a decir en un hilo de voz.

— ¿Te encuentras bien?.

— Ah, s-si—dijo Lin entre dientes al ver al hombre que le había dado un puñetazo a todos esos ladrones, era un muchacho sumamente apuesto, de echo no era su tipo, pero cualquier chica quedaría pérdida en su belleza, por su apariencia se veía que no era muy mayor, piel pálida, cabello negro y unos ojos de un color particular que le llamaron la atención. El la ayudó a levantarse y cuándo está se encontraba de pie decidió presentarse.

— Vaya, creo que no me presenté...—comenzó a decir el muchacho—mi nombre es Hideaki Akihiko y trabajo en la empresa que está aquí cerca, tu eres de la excursión, ¿verdad?.

— S-si, estaba llendo a mi parada de autobús y noté que esos hombres me seguían, mi nombre es Lin, Lin Hangyaku mucho gusto.

— Wuaw la verdad me sorprendes, nunca imaginé que alguien dejaría así a un hombre de su tamaño, ¿Que hiciste?—pregunto señalando al ladrón jefe.

— Bueno....desde niña siempre me gustaron las artes marciales y defensa personal... pero...¿Como llegaste aquí?.

— Me sorprendes, lo dejaste tirado en el piso con una sola patada, y, justo pasaba por aquí y escuché el alboroto—respondió con una sonrisa algo falsa.

— A claro, muchas gracias de nuevo Señor.

— No tienes porque llamarme así, no soy tan viejo—dijo entre risas—¿Porque sigues aquí?, La excursión termino hace unas horas.

— Bueno... verás...con mi amiga fuimos al centro comercial y se nos pasó la tarde, s-sera mejor que me valla.

— Espera, se ve que estás hambrienta, ¿Que dices si te invito un helado?.

— ¿De verdad?—saco una sonrisa tan alegre que el muchacho lo noto rápidamente, y era de esperarse, a ella le encantaba cuando la invitaban a comer, después de todo, ¿Era comida gratis no?.

— Parece que te gustó la idea, vámonos antes de que despierten estos malditos.

— Si!

Ambos salieron de aquel ahora oscuro lugar para ir a una heladería que quedaba a unas cuántas calles.

— Wuaaaaaw, ¿que carajos es esto?.

— Es un suuuper helado de cinco bochas, es la especialidad de este lugar, disfrútalo pequeña Lin. (N/A: 5 bochas=5 sabores de helados)

— G-gracias, y no me digas así—dijo la muchacha haciendo un tierno pero temeroso puchero.

— Que, ¿Pequeña?—respondio el con una sonrisa.

— Si eso, no me gusta cuándo me dicen eso, es molesto.

— Supongo que por eso golpeaste al muchacho.

— ¿Como lo sabes?.

— Todos en la empresa se enteraron de eso, de echo es un poco gracioso cuando me acuerdo—dijo el pelinegro entre risitas.

— Ay no que vergüenza, lo siento—dijo Lin algo sonrojada.

— No no digas eso, yo hubiera hecho lo mismo, aunque creo que te pasaste un poquitito.

— Si creo...—se comenzó a rascar la mejilla— pero ya hablando en serio, ¿Porque me trajiste aquí?, Dudo que solo sea para comer un simple helado—dijo con un tono indiferente.

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