Niña perdida

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Capitulo 10

El amanecer ya había escalado hacia la ventana de mi cuarto y la casa estaba silenciosa como una tumba.

Sí, me había quedado despierta toda la noche.

Sentía mi boca seca por la falta de agua, mis ojos cansados de tanto ver la pantalla, tenía miedo de pestañear y quedarme dormida solo para estar expuesta a cualquier peligro, las horas habían pasado rápido y antes de que pudiera reaccionar ya eran las 7 de la mañana. Me levante de la silla con la espalda entumecida y me tire a la cama de cara. Sentir las almohadas suaves era una sensación irremediablemente buena, pude haberme quedado dormida fácilmente si no hubiera sido por el despertador que reacciono justo cuando creí que estaba soñando.

"Ah 5 minutos más"

Apague el despertador y agarre mi teléfono. Al parecer padre no llego anoche a casa. Debía suponerlo.

Desde hace días que no se presenta frente a nuestra casa, su presencia es tan inexistente como el polvo del armario. Daba la impresión que había huido ¿Cuándo fue la última vez que lo vi? ¿Cuándo la hija de Zia enfermo? Zia...

—Hija ¿estas despierta? —madre pregunta desde abajo de las escaleras. No me imagine que se levantara tan temprano tal vez escucho la alarma de mi celular. Lo que me sorprendió al bajar las escaleras fueron sus ojeras que tenía debajo de los ojos. Al igual que los míos. Si no las hubiera ocultado con un poco de maquillaje fácilmente podría decir que algo le golpeo en la cara.

Mientras andábamos por el transporte en la ciudad. La sentía suspirar muchas veces. Parecía estar en otro mundo.

—Madre ¿estás bien?

Madre asintió

—vaya parece que no dormí muy bien anoche

"o simplemente no dormiste"

Sentía que las mentiras de mi madre eran más evidentes que antes, al menos antes me las tragaba por ser una niña ingenua e inocente pero ahora era diferente, fingía como si yo no supiera nada de lo que pasa, la muerte repentina de nuestros tíos, era evidente como le afectaba todo esto, después de todo mi madre y la tía Esther se llevaban muy bien

Entramos a la comisaria y mi madre me pidió que me sentara en unas sillas. Fue hacia la mesa principal a preguntar sobre un nombre y la policía la llamo por la radio. Minutos más tarde salía otra con unas llaves en mano y una gran sonrisa. Se saludaron amistosamente con un abrazo y conversaron de forma casual por un rato. seguramente era una conocida de su madre, ambas ingresaron a la área exclusiva. Aquella ubicada en un pasillo con reja y el cual no todos podían ingresar.

Allí me quede yo, al lado de un señor apestando alcohol que, furioso golpeaba las esposas para liberarse mientras los policías intentaban reducirlo para llevarlo hacia retención. Frente mío había una niña sentada en un rincón de los puestos. Su cabello era lindo y amarrado por unas trencitas que caían hacia ambos lados de sus hombros. un vestido de lunares y un polar negro. Miraba al hombre loco al lado mío como si viera a un mono haciendo malabares.

Una señorita se le acerco y se agacho para quedar a su nivel, traía un jugo de naranja y se lo entrego cuando estaba a su lado

— ¿cómo te encuentras Carla? —Interrogo la policía hacia la niña — ¿hay mucho ruido por aquí? ¿No quieres ir un poco más atrás?

—Estoy bien —contesto la niña con un rostro indiferente –—tampoco es como si me quedara mucho aquí ¿hay algo de mi padre?

"¿un padre desaparecido?"

Pensé sin poder ocultar mi curiosidad

—No pequeña, aún estamos buscando, espera un poco más ¿sí? en poco tiempo ubicaremos a unos familiares

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