Espejito

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Capitulo catorce ✔

Carla miro el carro detenidamente, había soltado mi mano hace ya bastante tiempo, no creía que estuviera molesta pero si parecía muy perturbada. Alex y yo nos miramos mutuamente y terminamos sonriendo incómodamente

—Está bien —dijo Alex y procedió a abrir la puerta trasera tal cual como los agentes de seguridad de las estrellas de televisión, Carla se subió al carro sin ser capaz de mirarlo a los ojos y Alex cerró la puerta con suavidad, a continuación abrió la puerta del copiloto y adoptando la misma posición formal que antes, con una mano en el pecho, inclinándose, pidió que me subiera

—Señorita ¿desea subirse a este humilde auto por favor? —pregunto y puse los ojos en blanco ante su actitud derrochadoramente sobreactuada, su voz sobre todo este día resultaba de lo más irritante.

Me subí al carro sin tener otra opción y Alex partió. El silencio se prolongó hasta llegar al complejo de Carla, mientras la miraba por el espejo de afuera comencé a notar su comportamiento cada vez más extraño, como si se sintiera sofocada dentro del carro, cuando llegamos salió por la puerta trasera y empezó a correr hacia las escaleras tosiendo en el camino

—¡Espera Carla! —exclame intentando detenerla pero ella me ignoro, corrió hacia su piso y subió las escaleras —...lo siento Alex

Dije antes de bajarme del auto y seguirla por detrás, no intente buscar una respuesta mientras seguía a Carla, estaba más preocupada en alcanzarla pero esta cerró la puerta con brusquedad antes de que yo pudiera siquiera llegar al final. Las escaleras eran tan pesadas que cuando llegue al final tuvo que detenerme a restaurar un poco de aire

—¿Carla...que paso? —pregunte poniendo mis manos en el pomo de la puerta. Podía escuchar una pequeña respiración al otro lado de la puerta, hiperventilando

—nada...¿Qué podría pasar? —Pregunto con una voz temblorosa que me obligo a alejar la mano del pomo. —...Tu...también mientes ¿verdad? es por eso que escondiste esos lentes...—dijo tomando un respiro

Baje mi vista hasta chocar con mis zapatos, sabía que lo había visto, las manchas de sangre pertenecían a su padre, estaban allí por esa razón, los lentes rotos eran pruebas suficiente. Mi silencio sirvió como afirmación

—Ah...lo sabía —su voz tembló, sabía que estaba aguantando sus ganas de llorar a pesar de tener una puerta enfrente mío, aun así no podía decir nada. Apreté los dientes con impotencia, quería romper esa puerta —n...no debí confiar en ti

—Carla...eso no –mordí mis labios con un disimulado enojo

—No puedo creer que deje entrar a una extraña...a mi casa, ¿Qué hubiera pasado si me lastimaras? Ahora que lo pienso en la comisaria fuiste tú la que vino a mí primero ¿cierto?

—Carla escúchame hay una verdadera razón por la que estuve en ese pasaje...

—¿¡Tú estabas allí, cierto!? —Exclamo con fuerza —viste lo que pasaba ¿y no hiciste nada? ¿Por qué?

Las palabras me hicieron cohibir. Eso no era cierto, yo no sabía lo que pasaba...no era mi culpa.

Pero, si no hubiera chocado con aquel señor, si no le hubiera dicho mi apellido...ambos estábamos en la misma situación, yo huía del peligro y él se ocultaba de lo mismo. Solo era una coincidencia. Ambos hubiéramos muerto de todas formas.

—¿Por qué te deje entrar a mi casa? —su voz se fue apagando poco a poco —¿Qué es lo que quieres conseguir?

—Yo...--suspire —yo también estoy en peligro, Carla

—¿Enserio? —Pregunto ella —¿entonces por qué viniste aquí?

—Yo solo quería...respuestas

—¿y ya las conseguiste?

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