Capítulo 1.1:
JungKook’s pov: Mi vida es un desastre.—El club de porristas.
—¿¡El qué!?
Sí. Quizás es una bienvenida a mi vida un tanto exagerada y fuera de contexto, pero así me siento.
El director se encuentra frente a mí, sobando los costados de su cabeza mientras intenta no soltar alguna clase de mala palabra, o eso supongo.
Para su mala suerte, sé leer labios. Y bien que me ha mandado a la verga unas tres veces, eh. Contaditas.Junta las palmas de sus manos bajo su mentón, respirando profundo—¿Puedes intentar no gritar, Jeon?
Yo solo aspiro tranquilamente y copio la acción de sus manos, fijando de paso mis ojos chispeantes sobre los suyos que, en contraste, se notan cansados—¿Puede intentar irse bien a la verga, Kim?
Y oh, su rostro rojo es otra onda. Una combinación especial en la paleta de colores.
Realmente que el director sea el hermano menor de mamá —o sea, mi tío—, es uno de los beneficios que tengo en la vida. Quizás sí me paso un poco de la raya... ¡pero él siempre me roba la cena cuando estamos en casa!
No puedo creer que siempre caigo en el "¿Qué es eso de allá?". Joder, el viejo truco siempre gana.
—¡Es broma! ¡Es broma! —chillo cuando noto sus ojos casi dejando sus cuencas. No debe ser natural ni sano que, al retener gritos furiosos, quiera saltar todo fuera de tu rostro—. Aunque... si quieres no es broma.Y ahí va otro suspiro. Y un "hijo de su puta madre".
Oh oh, mamá realmente se divertirá persiguiendo al castaño con una tijera por la casa.
Esa mujer no le teme a nada y, por su bien, espero que se las dé de peluquera y no de veterinaria.
—Eres un-
—En mi defensa —corto sus palabras con un gesto rápido—, conté cuántas veces me enviaste tú. Fueron tres... —le muestro, con toda mi inocencia, cómo cuento con mis deditos— sin contar que dijiste mierda seis veces —formo un puchero exagerado ante él, que pronto configura su mueca en una entre asombrada, escéptica y jocosa. Claro que jocosa solo para mí—. ¡Mamá dice que no hay que decir la palabra con m!
Y, cuando hace el amague de hablar, solo le suelto un "Adivina quién será acusado"; pero debió escuchar un "Adivina quién será castrado", porque se pone pálido.
¿Es acaso normal que él le tema tanto a su hermana mayor? Bueno, escuché por ahí —de mi vieja confiable, mi abuela— que ella casi lo deja caer de un balcón cuando eran niños... ¡pero era solo un segundo piso! Debería superar ese tipo de cosas.
Muerdo mi labio inferior para no soltar una risilla cuando desanuda, de una vez por todas, su apretada y elegante corbata. Parece realmente exasperado.
¡Y estoy igual! Mi almuerzo se debe estar enfriando ahora.
—Eres un jodido caso —suelta, antes de dejarse caer contra el respaldo de su silla.
Sonrío—Y tú eres un pésimo detective.
Compartimos una corta mirada, antes de que una media sonrisa se plante en sus labios.
Me puede enviar a la verga o a Saturno todo lo que quiera, pero sigo siendo su sobrino favorito. ¿Y cómo culparlo? Soy Jeon JungKook, joder. Un nombre respetado.
—¿Sabes que sigues teniendo el castigo, verdad?
Aish.
Las distracciones no funcionaron. ¿Un plan B? Quizás darle a la profesora de química a cambio de mi libertad. Podrían pasarlo muy bien en los laboratorios.
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Entre pompones y pelotas || TaeKook
Fiksi Penggemar--El club de porristas. JungKook la ha jodido en grande, a pesar de no ser un chico problema. En su repertorio está rayar un par de mesas, elegir arte abstracto con miembros masculinos, saltarse un par de clases... ¡Ah! Y quemar todo un jodido labor...