.Ocho

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— Soy demasiado lindo para salario mínimo -se excusó Félix ante la propuesta de su amigo

— ¡Vamos Félix! No quiero ir solo... Aparte, logré acomodar los horarios

— Okey, pero lo hago nada más por ti, no por qué me quiera comprar aquella sudadera de duraznos, ¿Okey?

Seungmin después de una semana ya estaba lo que se podría llamar normal, uno de los profesores le había dado la oportunidad de comenzar a trabajar en la cafetería de la universidad, pero, por lo penoso que es, decidió también meter a su amigo, aún si este no quería ir a trabajar, ahora tenía que trabajar con el

— Un Cheesecakes con una malteada de fresa, por favor -pidió amable un joven

— Orden tomada, en seguida se lo llevan. -lo miro y sonrió, para después pasarle la nota a Félix, el cuál tomo el pedido, realizó la malteada y fue a aquél chico guapo

Seungmin miro a su amigo regresar sonriendo, si bien, en lo poco que llevaban trabajando, Félix había tomado muchas ventajas, una de ellas era que podía coquetear con los clientes y obtener sus números, Seungmin se divertía de vez en cuando, pues los clientes a los que les coqueteaba se reunián afuera de la cafetería al terminar el turno, poniendo en aprietos a Félix

— ¡Cargame! Es tu culpa que me duelan los pies, si no tomo masajes llegando a casa creo que tendré patitas de Hulk, grandes, grandes

— Exagerado -hablo Seungmin, quien reía, hasta mirar el carro de Minho estacionado, sintiendo su corazón bombear, pensó que algo malo pasaría, Félix se dispuso a caminar a él, tomarlo del brazo y dándole fuerza para seguir caminando, y ¡Oh! Sorpresa, estaba Minho con una chica, besándose tan asquerosamente

Félix tomo su mano, apretandola, consiguiendo sacarlo de hay, en todo el transcurso Seungmin no dijo nada, teniendo en cuenta que ya era cotidiano el que el mayor lo engañara en sus narices

— Seungmin... ¿Y porque no te consigo un novio? Osea.... Alguien con quién puedas experimentar cosas... Cosas sanas...

El tonto corazón de Seungmin se encogió, su mismo amigo ya le había dicho más de mil veces el que se diera cuenta que aquello era insano, pero, nunca lo dejaba, siempre perdonando, perdonando y teniendo sexo

¿Tenía ganas de cambiar las cosas con Minho? Claro que sí, ¿Estaba dispuesto a dejarlo? No.

— Creo...

— ¿Que?

— Demonos un tiempo...

— ¿Que?

— Minho... Tomemos un tiempo.



2/???

𝖋𝖚𝖈𝖐 𝐲𝐨𝐮  - 𝙆𝙣𝙤𝙬𝑴𝒊𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora