Aunque, lo nuestro sea prohibido [Bakudeku ; Katsuki x Deku] AU

Capítulo uno

Izuku salía de la cocina caminando en el pasillo alado del vestíbulo que dirigía a su habitación, llevaba una bolsa de papas fritas, una caja de pizza, un bote mediano de helado, ramen instantáneo y pepsi light.

Como cada verano en la tarde, festejaba comiéndose todo eso él solo, pues las clases habían terminado y sus vacaciones habían iniciado. Su barriguita jamás se llenaba por más que comiera demasiado y esa era una de las razones del porque comía a solas en su habitación, ya que siempre se encontraba con Katsuki y su tonto argumento ofensivo hacia el peli verde, quien por cierto se aproximaba hacia este.

—Vaya, vaya, pero si es el pitufo cabeza de brócoli —burlo Katsuki. Izuku lo ignoró y continúo caminando —. ¿Sí escúchate lo que dije? ¡Estúpido sordo!

—C-Cállate imbécil.

Katsuki se había enfurecido por ver siempre de esa manera a Izuku, tan vulnerable y que según para él, un parasito pisado que no desaparecía.

Izuku había comenzado a acelerar el paso, pues podía percibir que el rubio cenizo no muy alto lo seguía y no estaba equivocado, en un abrir y cerrar de ojos pudo sentir que su comida caía a la par que él directamente hacía suelo a causa de que Katsuki lo había empujado desde atrás.

—¡Ouch! —soltó Izuku boca abajo. Katsuki lo observaba mientras se reía a carcajadas.

—Si tan sólo vieras lo estúpido y patético que te ves.

Toda la comida se había esparcido ensuciando la lujosa y fina losa del piso, el helado y el ramen se habían derramado, la pizza se había salido de su caja y la gaseosa fue la única cosa que se había salvado, pero Izuku se encontraba tirado con el torso lastimado y su mentón y nariz punzando de dolor.

—Ahora comete todo lo que tiraste —dijo Katsuki. El rubio colocó una mano a la cabeza de Izuku haciendo que moviera el rostro de aquel y se embarrara de comida contra el piso.

—¿P-Por qué haces esto? —le cuestionó a un Katsuki carcajearse, pero este no contestó— Yo no te hecho n-nada —sollozo rendido.

—¡¿Qué está pasando aquí?! —gritó enfurecido el señor Masaru Bakugo— ¡Katsuki suelta a tu hermano! —el rubio obedeció y en seguida se levantó quitando su mano de Izuku.

El señor Masaru miró a Izuku todavía boca abajo, por lo que velozmente lo ayudó a levantarse del suelo.

—¿Estas bien? —preguntó preocupado— Vaya, te ensuciaste toda la ropa.

—E-Estoy bien, sólo me duele un poco mi boca —contestó.

—Ahora bien, Katsuki esto que hiciste no puedo perdonártelo, estas castigado sin tener permitido salir o alguna otra cosa. Ahora discúlpate con tu hermano.

—¡Él no es mi hermano! —gritó. Katsuki corrió hasta su habitación sin seguir escuchando los gritos que soltaba su padre.

—Uf, ya no sé que haré con ese niño —dijo soltando un leve suspiro—. Izuku-chan lamento que mi hijo se haya comportado de ese modo. Desde que me divorcie de su madre, él no ha sido el mismo.

—No se preocupe, estaré bien. Ahora creo que limpiare este piso sucio antes de que llegue mi madre.

—Oh no, yo voy a limpiar. Mejor ve a darte una ducha.

—De acuerdo, entonces lo dejare aquí limpiando.

—Si, tu no te preocupes —le sonrió al peli verde— y si te sientes mal, no dudes en recurrir a mí.

 🌷🌷🌷

Izuku ya había terminado de ducharse y también de ponerse su pijama de All might, iba a acostarse en su cama, pero decidió no hacerlo, por lo que se dispuso a ir con su padrastro.

Caminó hasta la sala principal donde encontró al señor Masaru leyendo un periódico mientras estaba sentado en un sofá frente a la chimenea encendida, a lo que Izuku pensó no interrumpirlo y volver a darse vuelta.

—Puedes entrar Izuku-chan —dijo el señor Masaru. Al escuchar pronunciar esas palabras, Izuku se congelo unos segundos, hasta que reaccionó girándose y caminar a donde su padrastro se hallaba.

—P-Perdón por molestarlo, es que quería decirle-

—¡¿Otra vez Katsuki hizó de las suyas?! Muy bien, ahora si me va a escuchar —salto del sofá enojado.

—No, no, no, no. Me refería a que si-

—¡¿Estas muy lastimado?! Entonces vámonos, te llevare al hospital.

—No, no es eso es-

—¿Quieres que te arrope?

Izuku rodo sus ojos frunciendo el ceño, hasta soltar una frase —Escúcheme —se acerco un poco más a él—, puedo preguntarle algo.

—Oh, si claro.

—Ahm, ¿Cómo antes era Kacchan? Es decir, sí él era más tierno o... —dijo un poco incómodo. El señor Masaru entendió a lo que el peli verde se refería por lo que cedió a hablarle de su vida pasada.

El señor Masaru le había contado una larga historia a Izuku, habían pasado casi dos horas, pues parecía escuchar una novela dramática que recién había visto en televisión, aunque también comprendió lo difícil que es pasar por un divorció y un abandono por parte de la extraña que solía ser madre de su hermanastro.

Luego de que finalizo la historia, el peli verde le dio las buenas noches al señor Masaru y dirigirse a su habitación. Dentro de esta, Izuku se acostó a su cama y cerrar sus ojos dibujando una sonrisa.

—Ahora sé que Kacchan tiene un punto débil. Voy a hacer que vuelva a sonreír.