ㅤ02. No vale la pena

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Gotas de sudor caían sin parar de su frente, pero eso no impidió que el pilar de Niebla detuviera sus ataques y que ella no correspondiera. Sus espadas, una de tonos amarillentos contra la otra de un color azulado chocaban entre sí repetidas veces a una velocidad casi sobrenatural, lo cual atraía las miradas curiosas de los cazadores aprendices del niño pilar. En sus rostros habían distintas expresiones pero lo que sobresalía en ellas era el asombro y la desorientación: ninguno podía discernir con exactitud los ataques de los pilares porque eran tan rápidos que eran incapaces de divisarlos a ese ritmo.

El menor no le permitió ni siquiera tomar aire cuando después de un golpe en seco con su rodilla en el estómago de la fémina tomara su espada para apuntarle al cuello con su brazo izquierdo extendido. Debido a sus buenos reflejos, Mayoko pudo fácilmente esquivar aquello tirando su espada por ahí y con el dolor latente en su torso y... todo el cuerpo en general, enrolló una de sus piernas sobre el mismo en un salto y la otra sobre su cuello, haciendo un intento de llave para asfixiarlo y tirarlo al suelo.

Después de unos segundos en el suelo soltó al niño de ojos mentosos para dejarlo respirar. Una vez de pie, jadeante colocó una de sus manos en su cintura extendiéndole la otra para ayudarlo a levantarse. El menor la tomó.

—¡Al fin pude ganarte en una, Tokito! —exclamó ella, soltando un suspiro en medio de su habladuría. El de cabellos largos la miró con una mueca que parecía un intento de sonrisa en sus labios—. Eres muy bueno. Me has ganado en casi todas.

—Usted también es muy buena, señorita...

Pensó que se le había olvidado su nombre, lo cual ella completó—. Kuwajima.

—Señorita Kuwajima. Agh, siempre lo olvido todo —se quejó. En su rostro y parte de sus brazos habían algunos rasguños, heridas viejas y recién hechas lo cual hizo a la mujer reflexionar. ¿Cómo un niño tan pequeño podía ser tan ágil y fuerte? Era algo que aun estando frente a él le costaba procesar—. Me gustan mucho sus técnicas... son preciosas y muy veloces. Si no le molesta, ¿podríamos entrenar juntos más seguido?

Su propuesta logró que Mayoko asintiera con su cabeza repetidas veces, más que encantada—. No te preocupes por eso, lo entiendo. Yo pienso que tus técnicas son mucho mejores, ¡y sería un honor para mí entrenar contigo!

Luego de la corta charla entre pilares, la mujer optó por recoger sus cosas y dirigirse al otro campo de entrenamiento con el siguiente pilar. El entrenamiento entre pilares era fundamental para mantener las habilidades de los mismos al máximo, cosa que con el resto de cazadores no se podía cumplir debido a la poca experiencia que tenían en comparación. La dinámica era la siguiente: durante un día a la semana se realizaba un entrenamiento especial con cada pilar de la organización en donde se trabajaban ambas técnicas de respiración de forma completa y en viceversa, buscando así que ambos desarrollen algunas habilidades del otro y tengan mayor conocimiento y otras alternativas de movimientos en el campo de batalla. Para Mayoko, este fue ejecutado en primer lugar con el pilar de Agua y luego con el pilar de Niebla.

Ahora, Mayoko se encaminaba fuera de la finca de Tokito para su siguiente y última parada de su entrenamiento semanal.

—¡Toshi! —llamó a su cuervo, el cual tenía tiempo sin aparecer—. ¿Cuál es mi siguiente parada?

—¡El pilar de Viento la está esperando, caw caw! —informó revoloteando sobre su cabeza y dando vueltas. Tras escuchar aquello y saber de quién se trataba, Mayoko quiso esconderse debajo de una piedra y no ir.

—Maldición... —susurró bajo. De un momento a otro se molestó, ¿por qué justo en ése momento tenía que ser con él?—. Gracias, Toshi.

Ganas no le faltaban de saltarse el entrenamiento, pero aparte de que aquello significaría un llamado de atención de Oyakata y era algo que no quería hacer, no estaba dispuesta a admitir que la presencia de aquel hombre gruñón con múltiples cicatrices la ponía nerviosa y de mal humor. Mucho menos frente a él, por lo que después de mentalizarse unos instantes y llenarse de valor se dirigió a pasos calmados a la residencia del pilar de Viento. No quedaba muy lejos de la residencia de Tokito, por lo que con solo caminar unos minutos pudo llegar. Cuando al fin llegó, los gritos del pilar se escucharon desde afuera de la finca probablemente causados por la impaciencia y la poca tolerancia que el peliblanco tenía con sus aprendices.

𝗟𝗢𝗩𝗘𝗥 𝗢𝗙 𝗠𝗜𝗡𝗘 | Sanemi ShinazugawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora