Desde aquel día en que Julián me dejó como estatua, ha estado evitándome. Y díganme Señorita Orgullo porque si lo soy, tampoco lo he buscado, tengo demasiados problemas en mi casa como para estar lidiando con una persona que no me comprende.
¿Desde cuándo ser adolescente se ha vuelto un problema? Se supone que es la edad en la que uno disfruta al máximo pero yo solo me preocupo por tener buenas calificaciones, ignorar las peleas de mis padres y ahora tener que lidiar con Julián. ¡Necesito volver a ser yo!
-- Abby, ¿Podemos hablar? -- Julián se acerca a mi (hasta que se digna el señorito)
-- Si claro pero a la hora de salida, ahora tengo que resolver estos ejercicios -- mi respuesta es algo seca, el solo vuelve a tomar asiento.
Cualquiera podría pensar que realmente no estoy enamorada, pero es totalmente lo contrario. Lo demuestro muy poco, pero en el fondo muero por él. Solo que me da miedo expresar todo eso y que aquella persona no sepa valorarlo y terminé desechándome como un trapo sucio.
Llegó la esperada hora de salida, Julián me tomo de la mano y salimos del colegio, ni siquiera pude despedirme de mis amigas.
Llegamos a nuestro lugar secreto, nos sentamos y un silencio incómodo invadió el lugar, hasta que...
-- ¿Te sigo gustando? -- pregunta Julián mirándome directamente a los ojos.
-- Ey, a que viene tu pregunta...mira yo quiero que me entiendas, se que suelo ser demasiado fría y que a veces me cuesta expresar mis sentimientos pero nunca dudes que "TE AMO" -- lo solté y sus mejillas tornaron a un color rojizo -- perdón por ser como soy...
-- Tranquila, perdóname tu a mi por no comprenderte -- me rodea en sus brazos y besa mi cabello. La Paz de nuevo invadió mi corazón, estaba un poco más completa.
-- Necesito decirte algo...es muy serio y quiero que me escuches con atención -- mis palabras fueron tan fuertes que empezó a temblar como niño en medio de una película de terror.
-- Te...escucho
Respiré profundo...
-- Rómpeme el corazón -- su rostro cambio rotundamente a un "What" -- te va sonar loco todo lo que te voy a decir pero si, quiero que me "Rómpas el corazón". El día en que ya no sientas nada por mi, el día en que dejes de verme como la niña de tus ojos, quiero que ese día me rompas el corazón, siempre y cuando me digas la verdad. No quiero que me mientas o me engañes. Rómpeme el corazón con la verdad -- mi voz relativamente empezó a quebrar y sonar en un tono desesperante.
Siempre lo he dicho un corazón roto por la verdad es más fácil de sanar que un corazón roto por engaños y mentiras.
-- ¿Por qué me dices todo esto? -- Julián no podía salir del asombro -- ¡Sabes que jamás te rompería el corazón!
-- No hagas promesas que talvez no puedas cumplirlas -- lo abracé, nos mantuvimos un buen rato así en silencio.
-- Te prometo que no te romperé el corazón, al menos no con mentiras...Te amo Abby -- escucharlo decir eso pese a que le dije que no hiciera promesas, me alivio el corazón. Estaba aferrándome tanto a él, que me asustaba la idea de perderlo.
Nuevamente nuestra relación tomo color rosa, nos seguíamos frecuentando en el mismo sitio de lunes a viernes. Parecía un sueño del cual no quería despertar jamás, los problemas en mi casa afectaban menos cada que estaba con Julián. Sin embargo, la magia duro muy poco era momento de elegir una especialidad de bachillerato, como institución nos llevaron a todo el curso a charlas de orientación vocacional y también nos dieron a conocer cada una de las especialidades. Estaba decidida a ir a Ciencias Químicas junto a Julián, además de fascinarme las ciencias iba a pasar tiempo con mi novio.
ESTÁS LEYENDO
Rómpeme el corazón
Romance¡Adolescencia! ¡AHÍ VOY! Toca a mi puerta la PUBERTAD, la llegada de una edad sumamente complicada, los cambios de personalidad y el nuevo moldeo del cuerpo; llego la hora de madurar y no necesariamente tenemos que ser frutas.