OO4; Papeles y almendras.

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- SungHoon, desde que llego a la universidad, jamás creyó que causaría tanto alboroto. Pensaba en pasar desapercibido, pero eso no iba a ser posible; chico atractivo con una gran afición a los deportes y que puede conseguir la victoria en cuanto está realizando cualquier deporte. No iba a pasar como un cero a la izquierda en poco tiempo.

Algunos creían que a SungHoon le gustaba de llamar la atención, pero el alfa no lo hacía con esa intención. Llamar la atención de los omegas no estaba mucho en sus planes, pues, desde que había llegado se sentía como un tonto entre tantos extraños. 

Llegar a medio curso no es nada fácil, sobretodo cuando eres nuevo en la ciudad, pero se trataba de adaptar a los hechos, por supuesto no fue nada fácil en un principio, poco a poco tuvo que irse integrando entre todos los que pudiera conocer, capitanes de equipos y personas amistosas, pero lo había logrado.

SungHoon consideraba que su repentino alcance a ser más social y a que todos lo considerasen como uno de los más populares de los alfas; era algo que podía ser más como una meta que no pensaba en alcanzar tan pronto.

Pero claro el alfa no estaba tan interesado en eso. Le había llamado la atención un omega a el cual consideraba muy hermoso y solitario.

Nishimura Riki podía pasarse la mitad de su tiempo sin hablar con nadie y pasar todo el tiempo con libros de un lado a otro, estudiando o dándose un gusto personal por la lectura, lo que solo dejaba más intrigado al alfa. ¿Por qué nadie se le acercaba? Tal vez el omega podía llegar a ser grosero, o simplemente le ignoraban por el solo hecho de que no parecía ser una persona agradable, pero la realidad era que Ni-Ki tenía sus amigos, pero todos estaban en distintas clases además de facultades, no podía darse el gran lujo de ir con uno y con otro en los tiempos libres que tenía, y menos cuando eran las épocas de exámenes.

El alfa quería algo, y eso era poder llamar la atención de dicho omega, pero por más que trataba de hacerlo no podía, a pesar de que por muchas partes se escuchaba como era halagado por su esfuerzo, esperaba alguna reacción de parte de Ni-Ki. Por supuesto no obtenía de lo que él hubiera querido, y eso solo lo hacía sentirse como un tonto. ¿Cómo era posible que Ni-Ki ni siquiera prestará atención a todos esos halagos? Tal vez necesitaba hacerle saber que quería que lo mirase de otro modo.

Rasco su nuca con frustración. Estaba sentado en una de las ramas más gruesas de uno de los arboles altos del campus, en la facultad de ingeniería, con un cuaderno en sus manos y con la tarea que le faltaba por hacer. Por supuesto la haría en ese tiempo libre, aunque le preocupaba más el regalo que le iba a dar a Riki.

Había conseguido unos chocolates con almendras. Odiaba comprarlos pudiendo hacerlos él mismo, pero no creía posible que los de la facultad de gastronomía lo dejarán entrar para preparar chocolate. Los alumnos de gastronomía prácticamente le tenían prohibido todo a jugadores de cualquier equipo de la universidad, pues simplemente podían hacer un desastre en las cocinas, y querían evitarse la limpieza más profunda.

Admiro por segundos las barras de chocolates de almendras que tenía sobre el cuaderno. No le interesaba si se manchaban. Ya no le importaba.

Miró hacía abajo encontrándose con el omega. Eso si que le había sorprendido.

Pudo apreciar en las manos del omega que tenía un vaso vació por completo más el ramo de rosas. Parecía ser que se le habían adelantado sus amigos; y él creyendo que sería el primero en confesarse, diablos. Demasiado tarde, Park SungHoon, para la otra espera ser el primero.

—¡Joder! —la exclamación del omega hizo que volviera a mirarlo—. ¿Qué alguien me diga que demonios significa esto?

SungHoon sonrió al escuchar esa pregunta, pues, por lo que veía, ni siquiera se había percatado de su presencia, así que decidió hacer algo.

𓏲  𝗖𝗵𝗼𝗰𝗼𝗹𝗮𝘁𝗲𝘀 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗢𝗺𝗲𝗴𝗮𝘀 ! #𝗡𝗞 𝗛𝗮𝗿𝗲𝗺﹆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora