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—Mira que gatito más bonito. - Su cabello negro que tenía unos cuántos rulos, cosa que me pareció muy adorable, ¿qué? —Eres un gatito. - Sonrió de forma dulce y arrugo mis cejas en forma de molestia.

El sentimiento era algo extraño, su dulce aroma llenaba mis fosas nasales. Especificamente Rosas rojas, los pétalos recorrían mi piel de alguna forma relajandome, un aroma relajante se sentía como un hogar.

—Que no soy un gato- me siguió mirando, sus ojos brillaron de una forma linda, no te pongas nervioso, no te pongas nervioso.

Cerré mis ojos unos segundos mientras intentaba persuadir aquel aroma, ignorando de alguna forma el como me sentía muy ansioso a que había encontrado a mi destinado, oculto aquellas orejas que estaban en mi cabeza y miré al Omega después notando un pucherito en sus rositas labios.

Pude notar como habían crecido un par orejitas blancas con pequeñas manchas,puntiagudas en su cabeza por mi acción y me acerco despacio a el abriendo más mis ojos cosa que lo confundió. Un zorrito, estaba en la presencia de un zorro del artico, ¿acaso no sabe que es peligroso estar afuera?, mojo mis labios mirando sus ojos después.

Eran tan oscuros, pero brillaban de alguna forma muy preciosa, estaba viendo el mismo cielo sin siquiera alzar la mirada  a este, noté aquel pequeño lunar debajo de su ojo y debajo de sus belfos,varios copos de nieve caían por su rostro, cayendo unos cuantos en su piel blanca, era tan pálida, tan característico en uno de su especie.

—¿Disfrutas mucho la vista gatito? - soltó elevando una ceja de forma curiosa, sin embargo el parecía hacer lo mismo conmigo, su rostro enrojeció después por la cercanía de nuestros cuerpos y cerré unos segundos mis ojos atrayendolo bien después. —Hueles a hierbabuena - susurra cerca de mi pecho como si se tratase de un pequeño cachorro.

Guardo silencio dándome cuenta perfectamente que estaba pasando y me separo de golpe de el, sintiendo ese frío volver a golpear mi cuerpo y el me miró con confusión, notando como llevaba solo una manga larga y cuello de tortuga y unos pantalones negros, me miró unos segundos y después reacciona.

—¡O-oh ! ¡Y-yo lo siento Señor gatito! ¡Digo-o señor! - soltó en un chillido avergonzado, su rostro estaba rosado, sin duda era muy precioso.

Mi rostro estaba desencajado, tomé el suyo para que me mirase y pude ver el nerviosismo, el pánico en su mirada y su caliente piel bajo mi tacto, las rosas parecían rodear mi cuerpo como si se tratara de una enredadera.

—Eres - susurro — ¿Sábias que te busqué durante veinte años? - susurro de nuevo.—Crei jamás encontrarte - sus mejillas volvieron a sonrojarse y me miró con timidez.

—¿Desperdiciaste un año entero de más? - eleva una ceja de forma bonita y abri mis ojos de golpe al entender.

—Mejor vamos a un lugar más cálido, me estoy congelando,para hablar más tranquilos.- Respondo y asintió de forma entusiasmada y después miró hacia atrás unos segundos para volver a verme.

— Claro- sonrió y casi juré que esa sonrisa se convertiría en mi perdición.




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