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Salí corriendo de el portal. Empezaba a llover mucho y me había dejado el paraguas en el instituto. Me maldije a mi misma por mi pésima memoria. 

Llevaba veinte minutos andando y la lluvia iba cesando poco a poco. Me senté en un banco a descansar algo. Me puse los auriculares y cantaba al son de "Wherever You Are", y empezé a escuchar chillidos. Eran fuertes y graves, y aun con los cascos les escuchaba. Decidí quitarmelos y movi mi cabeza buscando el ruido cuando me topé con una cabina de telefono. La verdad me fascinaban porque yo acababa de llegar a Londres y todavía me parecían como de película.

Intenté mirar bien pero los pequeños cristales estaban algo empañados por el frío. Y yo, como cotilla que soy, me puse a escuchar lo que aquellos chillidos decían.

-¡PERO TU QUE TE PIENSAS! ¿QUE NO ME DÍ CUENTA? ERES UNA ZORRA, ¿COMO PUDISTE ENGAÑARME CON MI JODIDO MEJOR AMIGO?-Chillo una voz grave.

-Cal, tío, no chilles, esa chica te esta escuchando...-Dijo una voz hablando normal. Me sonrojé algo al ver que me habían visto y me reí.

-JODER EMILY NO PUEDO CREER QUE ME HAYAS HECHO ESTO A MI, LO SIENTO CORTAMOS.-Dijo la primera voz y escuche como colgó el teléfono bruscamente. Miré de reojo y vi que la puerta se iba abriendo. Ví a un chico moreno con un gorrito gris. Después salió un rubio despeinado. 

Supuse que el que chillaba era el moreno ya que se fué de alli con mas furia. El otro simplemente le siguió corriendo detras. Ese rubio me miró un segundo y rió un poco ante la situación de su amigo. Hice lo mismo y volví a ponerme os auriculares...Que raro

TelephoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora