Acto III, Capítulo III

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Capítulo III: Legado

Pero llega un momento en que ya no se puede "pasar por alto"

El mundo no se tomó bien la noticia, en general. Que la hermana del Lord Admiral de la flota de la Alianza, la hija del mar, estuviera embarazada de un orco, provocó hasta marchas contra la confraternización y manifestaciones violentas, en algunos casos, armadas. Nada nuevo, ya habían marchado por lo mismo cuando se fundó Guardian's Mash, y la gente que se mudó a la ciudad simplemente hizo oídos sordos. No había otra cosa que hacer.

La mayoría de sus conocidos, sin embargo, se mostraron al menos aceptantes. Aunque, tras visitarlos, se retiraban con una expresión confundida.

Los Proudmoore celebraron todo un día con ellos en Guardian's Mash. Katherine aconsejó a su hija hasta el aburrimiento mientras Tandred, Thrall y Derek escuchaban desde el otro lado de la mesa el monólogo, cada uno con una jarra de cerveza en la mano, borrachos, cantando canciones de cuna, muy para la distracción de Jaina, aunque seguía escuchando las palabras de su madre.

Cuando se retiraron, sin embargo, lo hicieron confusos, habiendo escuchado el nombre que pensaban darle a su descendencia, si fuese varón.

La visita sorpresa que ninguno de los dos esperaba fue el antaño mentor de Thrall, Drek'Thar, que apareció en la torre del mago sin más, semanas más tarde. Arrastró solo su silla de ruedas, siguiendo la guía de los elementos, hasta la puerta de su aprendiz, y llamando a la misma. Pacientemente esperó a que le abrieran, y, cuando se encontró cara a cara con Jaina, aunque no podía verla por su ceguera, lanzó su mano hacia ella, que, por instinto, retrocedió y casi levantó una barrera en su camino. Afortunadamente, entendió a tiempo lo que quería, y no lo hizo. Volvió a dar un paso adelante, tomó la mano del orco y la guió a su abdomen, permitiéndole tocarla.

No habría imaginado nunca que este chamán viejo y gruñón pudiera formar en su cara tal expresión.

Drek'Thar fue el único que se retiró sin una mueca de confusión. Entendía perfectamente por qué habían decidido eso. Y le dio su visto bueno a la decisión, agregando que estaba seguro de que el crío podría con el desafío.

Anduin los visitó en secreto una noche, cuando ya el abdomen de la maga era bastante grande, aunque su presencia fue efímera. Les ofreció felicitaciones, reafirmó el compromiso de la Alianza con la ciudad, y le preguntó a Jaina con cierta vergüenza si le permitiría tocarle el vientre.

Como si la nueva vida dentro de ella supiera que esperaba sentir una patada, eso fue lo que le dio al rey, sacándole una sonrisa muy grande al joven, que acarició en respuesta un momento antes de volver a ponerse el guante que se había quitado.

Y Anduin también, después de preguntar cómo pensaban nombrar al nuevo integrante de la familia, se fue sorprendido.

El otro que se retiró preguntándose si les gustaba tentar al destino fue Rokhan, que hizo acto de presencia por Thrall, junto a Baine, que, al escuchar, apretó la mandíbula.

Thalyssra, por su parte, que en la actualidad tenía algo más de relación con Jaina, también pasó de visita una tarde, junto a Shandris, Tyrande y Malfurion, curiosamente. Los dos últimos ofrecieron bendiciones del bosque, mientras la joven adoptada observaba el vientre de la hechicera como si nunca hubiera visto algo como eso, y la nightborne les explicaba que, finalmente, su raza y los kaldorei comenzaban a dirigirse la palabra de nuevo. Aunque los segundos seguían rechazando a los sin'dorei.

Cuando se fueron, Thalyssra no entendía muy bien por qué el nombre que habían elegido evocaba tales expresiones en los otros visitantes, pero no quiso preguntar, asumiendo que sería sacudir un nido de víboras.

Una travesía personal del purgatorio, o Jaina dejando el pasado atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora