《I WANTED YOU TO CRY FOR ME...》
Esa noche se repite una y otra vez en mi mente, cada vez duele más. Aún puedo sentir el sabor a sangre en mi boca aunque esta permanece seca. Todavía puedo sentir el frío de sus manos quemando mi piel. Sigue aquí, tor...
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𝙻𝚊 "𝚞́𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊" 𝚗𝚘𝚌𝚑𝚎
Y ahí estaba ella, el amor de mi vida, mi primer amor, mi primer todo, mi delirio, mi eterna obsesión. Estaba allí por y para ella, solo que aún no se había dado cuenta. ¿Cómo podría notarme si había aprendido bien a ocultarme entre la oscuridad que ahora era mi hogar.
Aquella pelirroja la había tenido ocupada y distraída la última semana. No había pasado nada entre ellas, nada más que ese molesto coqueteo e intercambio de miradas hambrientas. Esa noche fue la que arruinó todo y acabó con mi poca cordura y paciencia. ¿Cómo se atrevía esa zorra a poner sus labios sobre los de Dahyun? ¿Cómo se ganó el derecho a tocar sus fibras más sensibles? ¿Qué hizo ella que no hice yo?
No fueron demasiado discretas y tampoco eligieron un lugar muy oculto, supongo que esa era la gracia de aquel club pero, seguía siendo odioso y una tortura para mi masoquista corazón. Lo vi todo. Desde cómo el vestido rojo de la chica subía hasta su abdomen, cómo las manos de Dahyun trabajaban, hasta los gestos de placer de la mujer. Fue extraño presenciar aquello porqué la primera vez que vi a Dahyun en acción solo pude sentir curiosidad y excitación. Todo eso fue reemplazado por un terrible dolor en el pecho, una furia que llegaba hasta la punta de mis dedos y entonces, la locura se desató en su totalidad.
Llorar por ella me había llevado hasta allí y también me había hecho cruzar un límite que la antigua yo jamás habría podido siquiera visualizar.
Me quedé hasta que terminaron, salí de aquel lugar detrás de ellas y las seguí hasta el edificio en que vivía la pelirroja. Sé porque revisé el reloj que no tardó mucho pero parecieron horas las que pasó con ella ahí arriba, igual me dio tiempo suficiente para entrar en su auto que ni siquiera aseguró. Aguardé ahí sentada, en silencio, pensando en lo que iba a hacer. Tenía dudas, nervios y me sentía al borde de un ataque de ansiedad el cual, se vio interrumpido por la llegada de la azabache.
Entró en el auto, respiré su perfume por primera vez en semanas y algo horrible se desató en mi interior, ya no hubo nada que pudiera detenerme.
'¿Te la pasaste bien con ella, cariño?'
'No creo que quieras la respuesta a eso. ¿Puedo saber qué quieres?'
Esa respuesta... fue dolorosa. ¿Desde cuando ella me hablaba así?
'Ay, tontita, yo quiero lo mismo de siempre y vine a tomarlo'
Entonces me lancé al asiento del piloto, coloqué un paño con cloroformo en su nariz y boca e hice fuerza hasta que por fin estuvo inconsciente. No era la primera vez que hacía algo así, por lo tanto sabía que eso no iba a ser suficiente para mantenerla bien dormida hasta llegar a nuestro destino.
