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Capítulo 9: ¿Más problemas?

Félix:

Al día siguiente, ya toda la ciudad sabia de lo sucedido con la familia de Félix, y el fraude cometido por la empresa de su padre; lo curioso es que ni si quiera es una empresa muy grande o reconocida, simplemente es una empresa más en esa pequeña ciudad. Los periódicos estaban llenos de fotografías del arresto de su padre y del frente de la casa de Félix, con titulares como: "Gran fraude de la empresa Gray", "Reputación del Sr. Gray tirada a la basura", "Arrestan al Sr. Gray, su familia esta devastada", "Finalmente se hizo justicia contra el Sr. Gray"; y muchos más que solo afectaban la reputación del padre de Félix y de su familia.

Ese mismo día en la mañana, llego un abogado por parte de la empresa del padre de Félix a notificarles que el trataría de apoyarlos en todo lo que estuviera al alcance de sus manos, pero por el momento debían desalojar la propiedad ya que, estaba a nombre de su padre, lo cual significaba que la embargarían; la madre de Félix estaba destrozada y Félix no sabía qué hacer o cómo ayudar.

Ese día él no fue a la escuela ya que estaba sacando todas sus cosas de la casa, o al menos las que le permitieron sacar; para su suerte, los abuelos de Camilla tenían un departamento cerca de su casa, a lo que decidieron prestárselo para que ambos se quedaran hasta que se resolviera todo este asunto. Camilla tuvo que convencer a sus padres que Félix y su madre no tuvieron nada que ver y que estaban muy mal, además de que ellos ya conocían a Félix desde pequeño, pues siempre ha sido el mejor amigo de su hija, así que decidieron confiar y prestarles por un tiempo el departamento.

La señora Gray les agradeció muchísimo el gesto y mientras cenaban sus padres, Camilla le ayudaba a Félix con la tarea y trabajos que habían dejado ese día para evitar que se retrasara.

- Bueno... creo que eso fue todo en historia, en matemáticas...- explicaba Camilla, pero Félix no estaba poniendo nada de atención.

- Están hablando de mi... ¿no es cierto? – pregunto Félix interrumpiendo a Camilla.

- No sé a qué te refieres Félix... mira, ponme atención, el maestro dijo que esto lo terminaremos mañana...- siguió Camilla ignorando el comentario de Félix.

- Sobre mi padre... me están juzgando a mí...- siguió Félix con la cabeza en otro mundo.

- No... y eso no es importante ahora... mira, X va a ser igual a...- continuo Camilla sintiéndose incomoda por seguir hablando del tema.

- ¡Claro que es importante Camilla! ¡Yo tengo que ir mañana y enfrentarme a todos fingiendo no saber nada, porque no puedo hacer nada para ayudar a mi familia, más que quedarme callado... como siempre! – grito Félix desesperado, desahogando por primera vez todo lo que sentía.

- ¡Bueno perdón! Yo entiendo que sea un mal momento, pero...- comenzó a decir Camilla tratando de calmar a su amigo.

- ¡No Camilla! No me entiendes... ¡nadie lo hace! Tú no sabes lo que es sentir tanta impotencia...- dijo Félix aún más enojado.

- ¡Bien! Tal vez tienes razón... no entiendo lo que estas pasando, porque mis problemas no son tan grandes como los tuyos, pero también tienes que entender que no eres el único con problemas aquí... ¿Cómo crees que se siente tu madre? Ella también tiene que salir a trabajar y al supermercado para darte de comer, mientras todos la miran mal por ser la esposa de alguien que cometió un fraude...- exploto Camilla haciendo que su amigo entrara en razón.

- Cierto...- contesto Félix más tranquilo y un poco triste.

- Y es por eso por lo que, no deberías darle más problemas a tu madre; no puedes cavar un hoyo y quedarte ahí por siempre por lo que acaba de pasar... tu eres muy fuerte Félix, siempre lo has sido, y debes salir adelante por tu madre y por ti mismo...- dijo Camilla abrazando a su mejor amigo.