Capítulo 8

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24 de Diciembre, Nochebuena, Harry, Severus y Peter, Mediodía

Luego de haber tomado el Traslador junto a Peter, Severus y Harry se encontraron en la zona de arribos mágicos del Aeropuerto de Las Vegas. Peter los instó a seguirlo y se encontraron con una limusina que ya los esperaba. Harry miró inquisidoramente a su tío. Peter simplemente se encogió de hombros.

—Desde que los vi he estado planeando esta boda. Sabía que James iba a hacer alguna estupidez porque lo conozco y sabía que ustedes se aman profundamente. Tuve días para crear varios escenarios. No te preocupes Harry, tu papá entrara en razón, pero ahora lo importante es mantenerlos a ustedes juntos ¿No lo crees? —.

Harry sonrió y arrastrando a Severus, los tres entraron en la limusina. Severus y Harry se acurrucaban juntos en el lujoso auto mientras Peter iba hablando con muchas personas a través de un celular. Cuando pareció satisfecho, colgó su última llamada y activo un botón que abrió un compartimento de donde salieron 3 copas de champaña y una botella helada de dicho líquido.

—¿Qué hacemos primero señor...? —Empezó Severus.

—Pettigrew, pero puedes llamarme Peter. Pronto serás de la familia. Bien, lo primero es ir a comprar los anillos y sus trajes, ya está hecha la cita en la boutique y la joyería enviara a alguien al local con sus mejores anillos de pareja mágicos y no-mágicos. Luego de eso iremos a una capilla sencilla para realizar el enlace no-mágico y conseguí un mago que estará en la misma capilla para realizar el enlace mágico. Acabando eso, podrán irse al hotel a pasar su luna de miel, contrate el Bellagio y mientras ustedes disfrutan eso, me encargare de todo el papeleo y empezar algunas demandas—.

—¿No vas a demandar a papá, verdad? —Harry se puso un poco ansioso.

—No, no, Harry, nada de eso. Se que James llegara, pero no sé cómo reaccionen los abuelos maternos de Severus. E incluso tus abuelos. Siempre me han parecido geniales pero uno nunca sabe cómo van a reaccionar las personas. Solo preparare los papeles en caso de emergencia. Serán validos solo hasta que ambos los firmen, pero tengo que dejarlos hechos por si acaso—.

Algo más relajados, Peter sirvió la champaña y los tres hombres se relajaron mientras llegaban a la boutique.

La boutique fue relativamente rápida ya que el dependiente supo interpretar perfectamente los gustos de ambos y encontró dos trajes a juego de color negro y gris, con ribetes en plata, muy elegantes pero sencillos. El enviado de la joyería les mostro varios anillos hasta que encontraron un par de alianzas sencillas en platino pero con runas talladas que simbolizaban libertad, abundancia, fidelidad, fertilidad y eternidad.

Luego de resuelto ese asunto, la limusina los llevó a una capilla bastante sencilla para las otras que parecían muy estrambóticas. Peter los apresuro cuando empezaron a distraerse y entraron a la capilla donde los esperaban dos personas. Una era una mujer que traía varios papeles y los estaba acomodando en la mesa frente al pasillo nupcial y el otro era un mago claramente ataviado en una túnica de gala.

La ceremonia fue sencilla, pero para ambos jóvenes era como un sueño poder decir sus votos y que estos fueran legales en sus dos mundos. Ojalá y cuando sus padres entraran en razón pudieran hacer una fiesta para celebrar su unión, pero como había dicho Peter, debían prepararse para todos los escenarios.

Terminada la ceremonia con un beso, la magia entre ambos se asentó en un brillo perlado y sus alianzas brillaron brevemente antes de que las runas se activaran en ellas. Ahora estaban casados.

Lo último que hizo Peter por ellos antes de retirarse, fue dejarlos con su concierge en el Bellagio y la llave de su habitación: la suite nupcial. Les guiño un ojo y se fue de ahí hacía su habitación, diciéndoles donde podían localizarlo cuando acabaran de hacerse cariñitos. Ambos se sonrojaron pero asintieron al hombre.

Merry Omega-MasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora