《𝑺𝒑𝒊𝒅𝒆𝒚𝒑𝒐𝒐𝒍 +18》

🔞Misión🔞

Wade no tiene vergüenza ni en las misiones.
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--Las pasiones no pagan los impuestos, chico.-Habló un hombre viejo, con ojos desinteresados, una copa entre sus dedos arrugados y translúcidos, postura relajada, hasta senil.

El hombre frente a él, ni tan joven pero si proporcional comparado contra el otro, titubeo en sus palabras.

--Mis hombres están en fila, solo necesitamos su señal para seguir con la misión.
No necesito tiempo, requiero una oportunidad, señor.-Le dijo con cuidado.

El mayor giro el cuello y observó el poco líquido de su bebida. Parecía poco interesado, poco convencido también.

--Oportunidades, solo oportunidades.-Repitió, pensando.
--Todos quieren nuevas oportunidades.

--Señor, el pro-

El sonido impropio de un golpe irreconocible agudizó la habitación en un frío oscuro y misterioso.
Algo había caído a la derecha o izquierda de los dos personajes, entre las sombras de las esquinas o la presencia de los acomodados muebles.
Giraron sus cuellos y dieron leves miradas a los ventanales con cascadas de cortinas al piso, los sillones de prestigio y los colores oscuros del moderno cuarto.

-Hm.-Se arregló la voz el hombre de barba blanca, para después hacer una señal de que el otro prosiguiera.

--Al Sur de la costa...-Moderó el tono el visitante, pasando de palabras fáciles de oír a leves murmullos complejos. O eso es lo que podía distinguir Deadpool desde su posición.
Analizó con más detalle a los dos hombres, con el ojo pegado a la brecha de las dos puertas.

--No sospechan nada.-Susurró el mercenario, volviendo su mirar al interior del cuelgaropas.
--Ya ves Spidey, por tu culpa casi nos pillan.-Habló entre dientes el que estaba de espaldas frente a él

--M-mi ¿¡Mi culpa?! -Se mostró ofendido el superhéroe. Su cuello trato de estar cara a cara con el del contrario, pero en la posición en que se encontraban no era fácil, así que solo lo observó desde el rabillo del ojo.
--¿Quién es el que empezó a toquetear de más?-Juzgó con el ceño fruncido y el corazón aún recuperándose del estrés de ser descubierto dentro del edificio de esa gran organización.

--¿Dónde quieres que deje mis manos? Este lugar es muy estrecho.-Se quejó también, dando ligeros movimientos que no llegaron a nada por el pequeño sitio entre la ropa que colgaba en sus cabezas. Había tan mínimo espacio que su espalda estaba doblada y poco más sus piernas también.
Podía deducir que el ropero media desde el piso hasta el techo con los percheros 1,79 centimetros, al contrario de él, que media 1,88, además, ya estar dos personas dentro absorbia todo el ancho del mueble oscuro roble.

--Huy no sé, ¡Alejarlas de mi cuerpo quizás!-Gruñó, tratando de dar un codazo hacia atrás, pero el mayor alcanzó a detener su brazo, aferrándose del pecho de su compañero para que se quedara quieto y con el otro sosteniéndose para tener estabilidad contra una pared.

--Peter, deja de moverte.-Le crítico Deadpool en el oído. El joven se ahogo en nerviosismo por el sentimiento de ser aplastado por el cuerpo mayor a sus espaldas.
Respiró hondo tratando de no pensar de más y dejarse llevar por el ambiente en ese crítico momento, pero la situación completa ya era muy impredecible para su cabeza, aportando además las atrevidas intenciones del canadiense que más que estar asustado de que les hicieran daño, se tomaba el tiempo de aprovecharse de su vulnerabilidad.
Malnacido Wade Wilson. Apretó los dientes el genio de manera gruñona, captando ese mal sabor distinguido y agrio en su saliva por el tic de un espacio personal rompiendose a pedazos, SU espacio personal.
Trato posesivamente de estirar sus brazos y adquirir más sitio pero se detuvo sin rechistar cuando su asqueroso cuerpo se reveló en su contra. Un surco de su dolido orgullo y escalofrío le torció un gesto.
Se maldecio a sí mismo y más a su mentalidad por fijarse en cosas verdaderamente imnecesarias, como está. Por Dios, por muy notable deferencia que había en su pequeño y escuálido físico natural contra el alto, fornido y duro del mercenario. ¿Por qué se ponía a comparar en una situación como esa?
Maldición, podía sentir todo esos atributos al 100% en su maldita piel cubierta por la mísera tela.
Y más una que se restregaba felizmente en su trasero.