Cuéntame un cuento (Lexa)

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Lexa se encontraba enferma y T/N estaba a su lado acariciándole el cabello. A esta última le encantaba cuidar a la castaña, especialmente cuando estaba en malas condiciones, Lexa podría llegar a ser muy pegote estando así.

-Lexa, voy a buscar tu cena, -la Comandante apretó su agarre-. ¿Lex?

-No te vayas por mucho tiempo, por favor, pídele a alguien que nos traiga la comida, -la vió a los ojos, los tenía algo llorosos por el resfrío.

-De acuerdo, déjame que me levanté para hablar con una de las sirvientas, -la T/C/O se levantó y le comunicó a una de las sirvientas lo que quería la Comandante.

-Aquí estoy de nuevo preciosa, -le sonrió y la castaña le devolvió el gesto.

-Te amo, -nuevamente envolvió a la T/C/C con sus brazos.

-A ver déjame que te limpio la nariz, -sostuvó un pañuelo de tela entre sus manos y le limpió la nariz algo roja a Lexa.

Transcurrieron las próximas horas, las dos disfrutaron su cena y estaban preparadas para dormir, pero la ojiverde tenía una petición para T/N.

-¿Hodnes? -La niña tarareó en respuesta-. ¿Me contarias un cuento? De los que dijiste que tú mamá te contaba en el Arca cuando eras pequeña, -le hizó un puchero.

-¿Un cuento? La otra vez me dijiste que eso era una tontería... -Estaba confundida.

-Lo lamento, por favor cuéntame uno, -le sonrió dulcemente.

-Déjame que busco uno de mis libros, -se salió de la cama.

Buscó entre sus cosas y encontró uno de sus cuentos favoritos. Se dirigió a la cama de nuevo.

-Creo que te contaré "El Gato con Botas", -Lexa levantó la cabeza de dónde estaba para verla atenta. Se pusieron cómodas y la T/C/O comenzó a leer.

Érase una vez un molinero muy pobre que dejó a sus tres hijos por herencia un molino, un asno y un gato. En el reparto, el molino fue para el hijo mayor, el asno para el segunda y el gato para el más joven. Éste última se lamentó de su suerte en cuanto supo cuál era su parte.

-¿Qué será de mí? Mis hermanos trabajarán juntos y harán fortuna, pero yo sólo tengo un gato.

La Comandante estaba atenta a todo lo que le estaba leyendo su pareja. Le estaba gustando la historia, y así sin previo aviso llegó el final del cuento.

Aquel joven que antes fue pobre se había convertido en un príncipe gracias a la astucia de un gato. El joven nunca olvidó los favores del gato con botas y lo recompensó con una capa, un sombrero y un par de botas nuevas.

-¿Y qué dices? ¿Te gustó? -La castaña asintió felizmente.

-Ese gato era muy inteligente y astuto, y... -Hablaba con alegría. A T/N le resultaba tan tierna la otra chica, parecía una niña tan pequeña. Le besó la mejilla cuando terminó de hablar.

-Es hora de dormir, si quieres mañana te cuento otro cuento, tengo muchos. Y podría ir a buscar más a lo que queda de la biblioteca del Arca, -se acomodaron bajo las sábanas.

-Buenas noches hodnes, te amo mucho, -le besó los labios y la abrazó ocultando el rostro en su pecho.

-Buenas noches preciosa, yo también te amo mucho, -le acarició la cabeza.

Ambas no tardaron tanto en dormirse, habían disfrutado un agradable momento juntas.

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Algo soft y corto, no ando con muchas ideas ¿Se imaginan a Lexa escuchando atentamente la lectura de cuentos de hadas? 🥺

Alycia Debnam-Carey ArchivesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora