Es de nuevo esa advenediza presencia, que amenaza con entrar en mi vida, convertirse en aquello que me hace perder el sueño cada noche. Temo por dejar que me haga débil, temo desconocer sus intenciones... Sólo quiero poder ignorar la sensación de alerta que tengo hacia ella.
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Caminaba a través de la concurrida parada. Ya se había vuelto costumbre sentirse extraño rodeado de tantas personas, tropezando y empujando su menudo cuerpo hacia el lado contrario de donde esperaba llegar. Ni siquiera se molestaba en disculparse cuando pisoteaba a alguien, después de todo nunca nadie le decía nada después de lastimarlo a él. Se había acostumbrado a los fuertes olores, olores de personas aseadas y no muy aseadas, a veces hasta pestilentes. Se había acostumbrado a sentirse ansioso cuando parecía que perdería su autobús, y la ansiedad de no saber exactamente el lugar donde estaba, la ansiedad de que el autobús pasara su parada y lo abandonara en cualquier parte de la enorme ciudad a la que había llegado hace unos meses. Se había vuelto costumbre tener gente a los lados, al frente y atrás, pero este día, justo este día estaba experimentando una nueva sensación, parecida a cuando te sientes perseguido, con la diferencia de que no podrías darte cuenta con facilidad de que te están siguiendo en una multitud tan desordenada como era esa. Tenía la sensación de que alguien lo miraba, no podía determinar de qué tan lejos era, pero sabía que lo miraban, y no como esas miradas regulares de personas agotadas que se quedan viendo hacia su dirección unos dos segundos, no. Esta era una mirada sofocante, que lo hacía sudar del terror, y lo hacía parecer un paranoico girando su cabeza en todos los sentidos, pero no estaba seguro de estar observando bien, todos parecían perdidos en sus propios asuntos.
Tuvo esa amarga sensación hasta llegar a su parada, y caminó lejos en dirección hacia el estrecho callejón que llevaba a su diminuto apartamento, a unas casas de la estación.
Hacía bastante frío, así que guardó sus manos en sus bolsillos y se acurrucó en sus propios hombros, aceleró su caminata.
Llegó a la puerta de madera roja ya desteñida. Su fachada luciría bien después de un par de muchos arreglos, tenía que hacer algo con su deteriorado hogar. Buscó sus llaves dentro de sus bolsillos, donde siempre las guardaba, pero por sorpresa no estaban, así que un poco alterado se deshizo de su mochila para colocarla en el piso mojado por la lluvia de la noche y se dispuso a buscar con más calma, registrando cada bolsillo y cada pequeño compartimento.
Nada.
Suspiró sintiendo el picor en sus ojos azules; quería llorar. Este en definitiva no había sido el mejor día. Lo habían rechazado en dos cargos de medio tiempo en menos de cinco horas, era su récord.
Después de que lo despidieran de su anterior empleo regando plantas de los diversos jardines en una enorme casa cercana a su vecindario, se vio en la necesidad de salir a buscar cualquier salida para poder seguir completando con su parte la renta y servicios de su apartamento, después de todo no quería seguir siendo una carga para su madre incluso después de haberse mudado.
Esperando por algo peor, comenzó a repasar su maravilloso día e inicio de semana.
Ese mismo día, le habían robado su almuerzo, y no tenía dinero para buscar algo que comer en las calles, esperaría a llegar a casa y cenar. También, su autobús lo dejó dos veces por exceso de cupo o algo por el estilo, y llegó tarde a la primera entrevista. Además, caminar en las calles siempre había sido lo mas sencillo hasta que su mala suerte decidió terminar con eso también; rumbo a la segunda entrevista de trabajo, accidentalmente caminó sobre piso de cemento aún húmedo, estropeando por completo su ropa y zapatos, y ganándose los insultos de los trabajadores que estaban almorzando en la terraza de un restaurante vecino. Arruinó por completo su presentación personal y llegó tarde -de nuevo-, tenía pocas probabilidades de ser contratado; y como era de esperarse, inmediatamente le dieron un amargo no como respuesta.
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Efímero
FanfictionLouis es ese chico introvertido que piensa que su vida nunca podría tornarse intrigante, hasta que comienza a percibir la presencia de alguien tras de él cuando está solo. Ahí es donde conoce a Harry, un estudiante de su misma universidad con compo...