2- Común

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Acaparas mi atención, como nunca nadie. No te puedo dar todo mi ser, pero me convences de que algún día podré, me convences de que todo estará bien, me convences de que estoy bien.

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Una parte de él le decía que ese sería un día fantástico, lo sentía en el aire. Ese día vería a Harry e iniciaría una conversación sofisticada con él, preguntaría cosas puntuales, actuaría levemente desinteresado y así conseguiría agradarle.

Peinó nuevamente su fleco a medio lado, vistió lo que mejor encontró en el armario y se dispuso a salir.

Esta vez analizó cada uno de sus propios movimientos al hacer su cama para no poder olvidar si lo hizo o no.

En la universidad no ocurría nada en lo absoluto, tan solo era un día regular para las cientos de personas que estaban cruzando los caminos de de las otras, ninguno sabía que ese día era el día de Louis, le hablaría a alguien por primera vez, a alguien que de verdad le interesaba.

Podría sonar ridículo, incluso si para cualquier persona es algo normal, pero para él era un gran logro haberse decidido a entablar una conversación con alguien nuevo en su rutina, y eso lo hacía sentir bien, lo hacía sentir como alguien regular.

No tuvo que esperar mucho más de dos horas cuando lo vio a lo lejos, con su bolso guindado de un solo hombro esta vez. Vio a una chica pasando junto a Harry, y esta le dedicó un saludo, y él solamente le dio un asentimiento de cabeza y se sumergió en su teléfono de nuevo.

Se veía muy distinto a como lucía el día que lo conoció; esta vez llevaba una camiseta negra sin mangas estampada con el logo desgastado de alguna banda, sus brazos tonificados al descubierto. Llevaba los mismos vaqueros y una camisa roja de cuadros amarrada a la cadera. Ah, y la bandana que le rodeaba la cabeza.

Podría jurar que era otra persona.

Se llenó de valor, después de meditarlo un rato. Se paró derecho y se dispuso a caminar en su dirección, pero mejor decidió llamarlo de lejos para no interferir en lo que sea que estaba haciendo en su teléfono, a razón de que parecía muy concentrado.

Intentó llamar, pero su voz se desvaneció en un hilo. Si lo pensaba mejor, hacer un escándalo a mitad de corredor no era lo que ayudaría a mantener su imagen. Pero tampoco quería acercarse y asustarlo, no quería parecer ansioso.

Y como si hubiese podido leer su mente, el chico alzó la mirada en dirección a Louis. Entró en pánico por un momento y luego pareció haber hecho un movimiento automático de sacudirle la mano y pronunciar "hola". Pero nunca se esperó lo que sucedió a continuación. Harry lo había mirado de arriba a abajo con un gesto de disgusto bastante pronunciado, luego lo barrió con la mirada y se fue en el instante en que sonó la campana de la siguiente clase.

Podría jurar que escuchó su corazón rompiéndose en miles de pedazos. El aire lo abandonó por completo, de golpe. Luego se sintió completamente estúpido, claro que Harry no quería conocer más de él, ni siquiera estaba un poco interesado, es decir, ¿quién lo estaría?

Irónicamente también se avergonzó por sentir dolor ante aquello, se sentía absurdo pensando en que eso le había hecho daño; pero así era, aunque sintiera que su propia reacción era un acto de exageración.

Pero no se lo podía sacar de la cabeza.

¿Por qué no le agradaba a las personas?

¿Acaso era él tan desagradable como para que alguien mostrara algo de interés en su persona?

Sin embargo, aún quería a su madre, para que le mintiera nuevamente como había estado haciendo durante diecinueve años, haciéndole creer que de verdad valía algo, diciéndole que lo amaba, que él era una persona especial, que era hermoso y que sería grande. Necesitaba que alguien le mintiera de esa manera justo en ese instante.

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