Acto 1, Escena 2

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En una de las bellas calles de Verona, el antiguo Emperador Palpatine y el General Hux, de otra de las familias menos importantes, caminaban juntos.

El padre de Hux, Cody, y Palpatine habían sido buenos amigos. Habían luchado juntos contra la escoria Skywalker, y el resto de rebeldes, aunque después del tratado de paz de Endor, se habían separado, ya que Palpatine quería llegar a un acuerdo con la Alianza, mientras que Cody preferiría destruirlos por completo.

Hux parecía querer deshacer esta separación, de manera que había pedido a Palpatine desposar a su hija, Rey.

- ¿Qué respondéis a mi petición? - le preguntó Hux

- Mi hija acaba de llegar al mundo. Aún no tiene más que catorce años, y no estará madura para el matrimonio, hasta que pasen lo menos dos veranos prefiero no discutirlo.

- Otras hay más jóvenes y que son ya madres.

- Los árboles demasiado tempranos no prosperan. Yo he confiado mis esperanzas á la tierra y ellas florecerán.

- Comprendo. De todos modos, ¿No hay ninguna posibilidad?

- Hux, consulta tú su voluntad. Si ella consiente, yo consentiré también. No pienso oponerme á que elija con toda libertad entre los de su clase. - Le dijo Palpatine, sabiendo que Rey se opondría rotundamente al matrimonio – Por otro lado, esta noche, según costumbre inmemorial, recibo en casa á mis amigos, uno de ellos vos. Deseo que piséis esta noche el modesto umbral de mi casa, donde vereis brillar humanas estrellas. Allí oiréis un coro de hermosas doncellas. Oídlas, vedlas, y elegid entre todas la más perfecta. Quizá después de maduro examen, os parecerá mi hija una de tantas.

- Así haré – le respondió

- Tú – le dijo Palpatine a un criado - vete recorriendo las calles de Verona, y á todos aquellos cuyos nombres verás escritos en este papel, invítalos para esta noche en mi casa.

Dicho esto, se marcharon juntos hablando de cosas mas banales, dejando atrás al pobre criado, que como la mayor parte de la población de Verona, era analfabeto.

Ben acababa de llegar de Mantua, aunque nadie lo sabía, pero Poe lo notaba alicaído, incluso mas que antes. Así pues, había decidido invitarle a tomar algo en uno de los mejores bares de Verona, el "AT-AT Pisador".

De camino al bar, se encontraron con el pobre criado, que se lamentaba su mala suerte.

- ¡Pues es fácil encontrarlos á todos! El zapatero está condenado á usar la vara, el sastre la horma, el pintor el pincel, el pescador las redes, y yo á buscar á todos aquellos cuyos nombres están escritos aquí, sin saber qué nombres son los que aquí están escritos. Denme su favor los sabios. Vamos. - de pronto, el criado de Palpatine se encontró con Ben y Poe, que parecían gente importante, aunque el no los reconoció - Buenos días. ¿Sabéis leer, hidalgo?

- Ciertamente que si – le respondió Ben – Si el concepto es claro y la letra también-

- ¿De verdad? Que la Fuerza te acompañe – le dijo al ver que empezaba a leerle las anotaciones.

-«El señor Martin, y su mujer é hijas, el General Antilles y sus hermanas, la viuda de Jango, el señor Binks y sus sobrinas, el soldado de elite Finn y su hermano Valentin, mi tio Palpatine el menor con su mujer é hijas, Rosalía mi sobrina, Livia, Valencio y su primo , Lucía y la hermosa Elena.» ¡Que gran reunion! ¿Y dónde es la fiesta?

- En la casa de mi amo – Respondió el criado

- ¿Y quién es tu amo? - Le preguntó Ben

- Se llama Palpatine, y es generoso y rico. Si no eres un Skywalker, podéis venir a la fiesta como agradecimiento.

Dicho esto, el criado se marchó a buscar al señor Martín, junto a su mujer e hijas.

Poe se dio cuenta de que esa fiesta de los Palpatine podía mejorar el humor de Ben, así que intentó convencerlo. Además, el soldado Finn les caía bien.

- ¿Por qué no vamos a la fiesta?

- ¿Estás loco? Es una fiesta de los Palpatine, es muy extraño que llegasen a invitar al tío Antilles.

- A mencionado que Rosalía va a estar presente. Si vas, podrás verla y compararla con otras, y así olvidarte de ella,

- No permite tan indigna traicion la santidad de mi amor. Ardan mis verdaderas lágrimas, ardan mis ojos (que antes se ahogaban) si tal herejía cometen. ¿Puede haber otra más hermosa que ella? No la ha visto desde la creacion del mundo, el sol que lo ve todo.

- Tus ojos no ven más que lo que les halaga. - le dijo Poe antes de que se pusiera sentimentalista - Vas á pesar ahora en tu balanza á una mujer más bella que esa, y verás cómo tu señora pierde de los quilates de su peso, cotejada con ella.

- Iré, pero no quiero ver tal cosa, sino gozarme en la contemplación de mi cielo.

Ehhhhhhh!

Cuanto tiempo ¿no?

He estado teniendo unos problemas enormes con el internet, y no se cuando voy a poder subir este capítulo, pero ¿Quién sabe? Tal vez cuando los pueda subir suba el resto del acto 1 entero. Sería algo alucinante, para mi lento ritmo de escritura.

Bueno, de todos modos, hemos terminado la segunda escena, que es mas bien corta. Que la Fuerza os acompañe, y nos vemos en el próximo capítulo.

Romeo y Julieta (Reylo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora