Infierno:

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La nostalgia y la melancolía
es a lo que me he acostumbrado;
me he acostumbrado tanto que
la mayor parte del tiempo me siento enferma.

La tristeza me invade,
Me invade tanto como el
calor de tu chispa,
de tu fuego, de tu llama.

Me he aferrado tanto a tu
recuerdo, que la noche se ha
vuelto más larga; en el silencio
se han colado mis pensamientos
y mi vida se ha postrado ante el
fantasma de lo que algún día fue.

Doy gracias a Dios por crear
el infierno, porque al menos sé
a donde iré; porque aunque tú no
eres Dante ni yo Beatriz, jamás
mandaría a un Virgilio por tí,
bajaría yo misma al infierno y
ardería junto a tí.

Escritos Para Él 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora