Ese Día

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El día en el que te volví a ver
quedé ciertamente perturbada.

Tus ojos castaños como dos
aceitunas brillantes, con el
cabello revuelto y la mirada fija en tus zapatos, me cautivaron.

Ninguno de los dos sabía que decir, ambos preciamos reconocer al otro, sin embargo, ninguno se atrevió a hablar por un rato.

Yo te hablé y tú respondiste. Nada importante, simplemente dijiste mi nombre, lo recordaste después de tanto tiempo y mi corazón martillo dentro de mi pecho.

Desde ese momento, me gustaste, pero ahora sé que tú no tuviste la misma reacción.

Tú, maldito, rastrero y hermoso ser de mirada café. Hombre alto y chico aparentemente indestructible, me has cautivado con tu misterio.

Y así, ese día, fue como comenzó mi verdadera penuria, mi nuevo verdugo del amor.

Escritos Para Él 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora