Soledad

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Mientras bebo, me pregunto si vale la pena el esfuerzo. Si soy sincera, no lo sé. Vago como un barco en mar abierto, a veces no quiero ni regresar a casa, otras veces no quiero salir de ahí. Y mientras miro las estrellas, me pregunto que se siente ser tomada en serio. La soledad se ríe en mi cara pero me da la bienvenida con los brazos abiertos, y es ahí cuando me rindo y me uno a ella. No me promete nada pero aún así me da mucho más de lo que pido. Sonrió y vuelvo al ruedo. Después de dejar esa triste y melancólica soledad, sé que me esperará y cuando regresé me dirá “¡que hija de puta, regresas como siempre! ” sonreíre de volver a verla y al final de cuentas, tendremos el mismo círculo vicioso. Siempre seremos una misma...

Escritos Para Él 2 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora