Playground [kookmin mini au]

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Los labios de Jeon lo habían atacado por sorpresa. En lo absoluto se esperaba que el alto lo besaría justo cuando estaba a punto de mandarlo a volar con improperios. Pero no podía quejarse, la sensación era magnífica. Envolvió por inercia sus brazos alrededor del cuello del castaño y se dejó llevar en un vaivén adictivo. Después de unos segundos en los que nada importaba más que sus labios moviéndose sobre el otro, se separaron al sentir la falta de aire.

—¿¡Por qué hiciste eso!? —gritó el rubio hipócritamente, como si no hubiera estado muy encantado siguiendo aquel beso.

—Bien pudiste alejarte —guiñó un ojo coqueto.

Jeon se había salido con la suya, pues en cuanto vio las fotos del mayor decidió que debía conquistarlo. Sin embargo, ahora que era un hecho, quería algo más que solo una conquista.

—Cállate.

—Cállame —sonrió ladino, sabía jugar bien sus armas.

—Con un golpe te callo todo lo que quieras.

—Qué agresivo —se quejó—. Bueno, no insistiré porque después serás tú el que lo haga.

—Ya quisieras, yo solo vine por mis tabas y ya no están, así que adiós.

Dio media vuelta, pero Jungkook tenía un as bajo la manga y no se había pasado pintando todo un día entero como para que no lo usara.

—En compensación yo hice esto —volvió a alzar la bolsa.

—¿Qué es?

El castaño procedió a sacar la caja que estaba dentro con una lentitud que solo aumentaba las expectativas del rubio, quien no se iba nada más por la bolsa y por su inminente flechazo por el joven. Pero ninguno de los dos había esperado que en ese momento un carro pasara superando el límite de velocidad al lado de ellos. Tampoco esperaron lo que pasaría a continuación, que les hizo odiar tanto las pistas con baches, y en especial a la tenue llovizna de la noche anterior. En cuestión de segundos Jungkook se abrazó al más bajo y se colocó frente a él, recibiendo la mayor parte del salpicón de agua sobre sí.

—Soy un héroe, un héroe mojado —se alabó.

—Eres un tonto, un tonto mojado.