• Five •

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La vacaciones de invierno llegaron, y tan rápido como estas vinieron se fueron, trayendo nuevamente a los alumnos de la clase 3-A a sus lugares igual que los años anteriores, solo que quizás, hayan dos diferencias.

- ¿Cómo les fué en las vacaciones? - preguntó casi retóricamente el profesor de la clase, ganándose miradas cansadas en respuesta.

- ¿Qué vacaciones? - cuentionó Ashido con su mentón sobre la mesa.

- Exactamente. - secundó Kirishima.

Dos toques se hicieron presentes en el hombro de Bakugou, y este miró de reojo a sus espaldas. - ¿Qué?

- Tengo novia. - dijo con una sonrisa orgullosa y presuntuosa el peliverde, causandole una risilla al contrario.

- ¿Posta? - levantó una ceja. - Alguien es lo suficientemente estupido como para estar con vos. - aquel comentario hizo que los ojos esmeraldas se volvieran blancos. - Yo también tengo una.

- Oof- Lo siento por ella. - habló tanto con tono como con una espresión de lastima ganándose un golpe en el razo por parte de Katsuki sacandole una risa.

- Clase. - llamó Aizawa e inmediatamente los alumnos lo miraron, ya no por miedo como otros años, más que nada la costumbre y respeto, el pelinegro ya no debía levantar la voz. - Tiempo libre.

Aquello bastó para que la clase despertara del trance de cansancio y pesadez a mirar al pelinegro sorprendidos y sin palabras para describir aquella satifsacción que les dió tan solo escuchar esas dos simples palabras.

- ¡VAMOS! - celebró Mina levantandó de golpe sus brazos cerrando los ojos con fuerza.

- ¡PROFE ES LO MÁS! - ritó Sero señalando al docente.

- ¡TE PODRÍA ABRAZAR JUSTO AHORA...! - dijo con los ojos cristalinos de felicidad Eijirou apunto de acercarse a Shota, sin embaro la mirada de este le dijo claramente que ni se le ocurriera.

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- El mundo gira y no cambia. - habló Katsuki apoyado en el marco de la entrada de la terraza.

El cuerpo de Izuku dió un respingón sintiendo un escalofrió al oír la voz del ceniza, y giró para verlo allí parado, viendo su presencia la cual no esperaba, e instintivamente tira el cigarrillo por fuera de la reja de la terraza cual autoreflejo.

- ¿Sabes? Yo ya dejé de fumar. - volvió a decir al aire aun con aquella leve sonrisa plantada en su rostro a pesar de la tension en el cuerpo del peliverde se notaba a kilómetros.

- Bien por ti. - se limitó a responder el de orbes jades mientras apollaba su cuerpo en la estructura de metal.

Más su respuesta no pareció ni saciar y mucho menos inmutar al rubio parado a sus espaldas, aún tenía esa pequeña sonrisa en su rostro, sus ojos semicerrados puestos fijamente en la pecosa cara del otro, sus brazos cruzados de forma tranquila, con una postura tan relajada que no reflejaba la intencidad que Izuku estaba reciviendo. Su cuerpo se tensaba cada vez más, soltaba y tensaba, cada vez que sevolvía consiente de que su reflejo estaba en los ojos carmines su sistema reaccionaba de esa forma, generando cierta molestia ahora en el peliverde.

- Realmente odio esa mirada tuya. - sinceró tras el extenso silencio sin romper el contacto visual que decía detestar.

- Te referís a que lo odias por que te sentís igual. - el silencio que hizo el de pecas solo hizo que la sonrisa de Katsuki solo creciera un poco más.

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