Capítulo 2

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Ya había pasado un mes desde aquel incidente. Por suerte al llegar al lugar, uno de los muchachos le dijo a papá que estaba muy fea y flaca como para desperdiciar su dinero en mí y que mi ropa estaba demasiado vieja, que no me veían como mujer. Papá se sintió humillado y avergonzado, al llegar a casa se desquitó con mamá por haberme parido, yo me llevé la mayor parte de los golpes por defenderla. A veces lo maldecía tanto que quería que mis palabras se hagan realidad y que los dioses se lleven a mi padre, ya no soportaba ver como hacía daño a mamá, estaba harta de ello.

...

Tenía planeado salir con mi única amiga: Indira, ella y yo nos conocíamos desde pequeñas y siempre me distraía cuando veía los puños de mi padre en mi cara.

Indira y yo fuimos a caminar por la ciudad. A veces nos gustaba molestar a los de las otras castas, los hacíamos asustar con maldecirlos y estos salían corriendo despavoridos. Si algo había aprendido de mi desgraciada vida, era a reírme de ella.

- Quiero terminar mis estudios e ir a la universidad- dijo mientras agachaba la cabeza e inflaba sus cachetes.

- ¡Esa es una buena noticia! ¿Por qué agachas la cabeza? Siéntete orgullosa de ello, al menos serás una dalit con profesión- dije suspirando.

- Lo siento- se golpeó la frente con la palma de la mano- sé lo mucho que querías seguir estudiando y yo aquí contándote mis planes.

- Tranqui, si tú logras las cosas que yo no puedo seré feliz por ti porque eres la hermana que nunca tuve, tus logros son mis logros y tus novios también- eché a reír y empecé a correr.

- Ahora te alcanzo y te haré repetir lo último- dijo a carcajadas.

Llegamos al Blue Lassi, un puesto muy conocido de yogurt aquí en Varanasi. Las personas venían de todas partes del mundo y dejaban sus fotos en la pared.

- Dos por favor- le dijo al joven mientras le pagaba- Yo invito shasha.

- Solo mi madre me dice así, pero viniendo de ti lo acepto- le dedique una sonrisa fingida a propósito- gracias, no sé qué haría sin ti Indira.

- Seguramente morirías tonta- echó a reír mientras probaba de su helado.

- ¿Ya te preparaste para los desprecios que te harán en la universidad? - dije rascándome la cabeza y mirando hacia abajo.

- Por supuesto, la escuela me preparó- me sonrió, pero sus ojos estaban aguados.

En el colegio cuando tenía la oportunidad de ir, todo el mundo nos humillaba y denigraban. Recuerdo que los mismos maestros no permitían que nos sentáramos junto a los demás niños, mucho menos que bebiéramos de la misma agua. Las niñas dalit llevábamos uniformes grises, mientras que las otras chicas tenían trajes rosas.

- Si te molestan me avisas y les echamos la maldición jajaja- le dije para hacerla reír.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo- entrelazamos nuestros dedos meñiques.

A la mañana siguiente tenía que ayudar a mamá a cubrir las paredes de la casa con estiércol de vaca, esa era nuestra manera de tapar los agujeros porque la época de monzón había destruido nuestra vivienda.

- Cuando aprenderás a hacer bien las bolas de estiércol hija- dijo mientras ella hacía una esfera con un poco de desecho.

- Quieres que me vuelva experta para seguir haciéndolo algún día que tú me faltes, ¿verdad? - solté sin pensar.

- Shasha...- suspiró y luego no dijo nada.

- Lo siento mamá, es solo que a veces pienso en que cuando tú no estes me quedaré completamente sola, ya que nadie quiere tomar por esposa a tu horrible hija- mordí mi mejilla interior.

QUIZÁ EN OTRA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora