6

21 6 2
                                    

Siéntete orgulloso. Me robaste el corazón, pero bien. Mi ladrón de guante blanco.

Quizás un día, en algún momento, yo me aleje y te aleje a ti. Es posible que en cierto punto decida seguir mi vida sin ti. Pero ten por seguro que difícilmente me voy a volver a enamorar, porque lo que he vivido y sentido contigo no lo voy a repetir con nadie.

Nadie se va a sentar conmigo en la azotea de su casa, botella de Brandy y cigarrillos, a contarme la historia de su cuidad con esa emoción, orgullo y ese brillo en los ojos. Nadie va a ver conmigo uno de sus animes favoritos, acostados en su cama, a pesar de que nos dormimos y tuvimos que repetir el mismo capítulo unas treinta veces. Nadie me va a dejar salir con ¨desconocidos¨ en una cuidad que apenas conozco y escribirme preocupado cada cinco minutos. Nadie me dará un masaje en los pies cuando llegue cansada de tanto caminar de dicho paseo. Nadie me va a poner su película favorita mientras me mira como lo hacías tú cuando me reía por algo. Nadie va a soportar mis locuras y mis cambios de humor, mis acciones impulsivas. Nadie va a inventar mil excusas para irse a pasar un fin de semana conmigo, sólo por complacerme. Nadie va a hacerme reír con su actitud de niño que ve algo nuevo y se asombra y se emociona, o haciendo berrinche porque no le doy la bici, o porque le digo que no sabe montar. Nadie, pero nadie, va a tirarse muchas fotos conmigo a pesar de no gustarle para nada salir en ellas.

Dime, ¿quién va a cocinar conmigo, muertos de la risa porque yo te decía que no estabas cortando bien el queso y tú respondías que ese lo había hecho yo? ¿Quién me va a hacer reír diciéndome ¨no te burles más, asere¨ con un puchero por reírme de sus caídas y decirle que estaba borracho?

No quiero que nadie que no seas tú me diga nena, preciosa, enana, ni ninguno de los apodos que hoy por hoy te atribuyo a ti. Psychokiller en miniatura, retorcida, enferma, todos tuyos.

Absolutamente nadie me va a mirar como tú, mientras yo disfrutaba algo, tú pensabas que no me daba cuenta y cuando te preguntaba ¿qué miras? Me decías que nada.

No lo voy a negar nunca, lo que más quiero es despertar contigo a mi lado, darte los buenos días mientras me pierdo en tus ojos negros hasta que mi mirada no puede evitar ir a tu boca con el deseo de besarla. Acariciar tu cara de recién despierto y pasar mi dedo pulgar por tus labios mientras me acerco poco a poco para besarte. Sentir el calor de tu abrazo y de tu cuerpo y no querer levantarme de la cama nunca.

Eso es lo que quiero... ¿qué quieres tú?

La magia de su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora