25 - Chantajes

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Estaba en hora del receso comiendo empanadas de carne, muy deliciosas. Me encontraba en las bancas traseras, siempre tomaba la del fondo.

Sigo comiendo mis empanadas cuando veo que, David y Samuel, vienen caminando para acá, giro los ojos y tomo mi plato con la comida y la botella de agua que traía conmigo, no estaba de humor para aguantar sus idioteces ahora.

—Hey pero si hay suficiente espacio ¿Por qué te vas?— dijo David llegando hasta mí.

—Deja de molestar, imbécil— respondo a punto de irme.

—Pero que carácter, si yo fuera tú no le hablaría así a la persona que va a salvar a mi familia.

Volví a dejar mis cosas en la mesa, me puse frente a él y hablé.

—¿Que estupideces estás diciendo?— mi rostro expresaba una confusión muy grande.

—Como lo escuchaste Azulita, el viernes en la salida escuché sobre los problemas económicos de tu familia, pobrecitos— hizo una cara triste de burla.

—Bueno, fíjate que no te incumbe, chismoso, ¿Qué?, ¿Ahora me humillarás con eso ante todos como lo has estado haciendo últimamente?.

—¿Tan mala persona crees que soy, Azulita? Pues para que veas que no es así, tu sabes que mi familia es de dinero, encontré la forma de ayudarles con ese problema, y eso es solo para que veas una pequeña parte de lo que puedo llegar a hacer por ti, por amor— dijo David y trató de acariciar mi mejilla.

Oh, cuántas náuseas me provoca su voz.

—¡No me toques!— le dí un manotazo haciendo que la bajara y quitará de mi mejilla —No necesito para nada tu ayuda— dije con orgullo.

—Pues tus padres si la necesitan, y mucho, por eso mi tía Nora los ayudará con el dinero que sea necesario.

¿Cómo? ¿Cuando? ¿Dónde?

—¿Eh?— solté atónita.

—Pude escuchar a la iglesia a la que asiste mi suegrita, le conté de tu situación a mi tía y la convencí de ir a esa iglesia para que se hiciera amiga de mi suegrita y ayudarla con el dinero, todo por ti mi vida, ¿Qué te parece?.

—¿Qué me parece? ¡Que necesitas ir a un manicomio! Eso de meterte en mi vida privada y la de mis padres ya es otro nivel, no tienes ningún derecho y para que sepas desde ya que le diré a mi mamá que no acepte la ayuda de tu tía— estaba más que furiosa.

No quería nada que viniera de él, así sean familiares, no quería. Y lo peor, seguro que su tía es solo otra víctima más de sus engaños, y ella si lo hacía con buena intención, pero ni así quiero su ayuda, no.

—Azul es la única opción que tendría tu madre, ese día que la oí realmente sonaba desesperada.

—Mis padres están consiguiendo ese dinero poco a poco y de manera honesta, ya no les falta mucho y dentro de poco lo resolverán.

—Pero en solo un segundo mi familia de los podría dar— dijo de la manera más arrogante posible, me saca tanto desquicio.

—Sabes que, gasten ese dinero en un nuevo cerebro para ti, realmente lo necesitas.

Recogí mis cosas y me fui de ahí a paso rápido.

Ese idiota loco. Ahora tendría que hacer algo para ahuyentar a la señora Nora.

***

A la salida me fui muy rápido a casa, tenía mucha ansiedad por el asunto de la tía de David y así.
Para cuándo llegué no sé si fue buena o mala suerte que justo la señora Nora se encontrara en el sillón ojeando una revista de moda.

[✓] BullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora