FINAL

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¿En donde estás, Azul?

—La joven en cuestión es de contextura delgada, mide un metro con cincuenta y nueve centímetros, tez blanca, Azul Lopilato, como se muestra en la fotografía, desaparecida desde el pasado viernes catorce de noviembre, se informa que, salía de su escuela secundaria, último lugar donde fue vista por compañeros y maestros, una vez a la salida perderían por completo su rastro. Si la llega a ver, por favor informe al número mostrado en pantalla. En otras noticias el precio del do-

El señor Eduardo presiona el botón más alto del control, apagando así la televisión. Se paró del sillón y quedó cara a cara con su esposa, la mirada de ambos era una de total agonía.

—Eduardo, ese anuncio fue completamente inútil, ¿Es enserio que pagamos para que al final solo aparezca una vez en ese programa sin ranking? ¡Fue dinero desperdiciado! Además, Az... Azul, ella no puede estar tan lejos, si... Si se perdió en este pequeño municipio solo basta con buscarla bien y-

—¡Elena ella no se perdió! ¡Entiende por dios! A nuestra hija le pasó algo.

Los dos estaban más que frustrados y preocupados, ese viernes debería de ser uno donde abundara paz después de haber salido de esa deuda tan grande de dinero, solo fue un viernes caótico, dónde incluso Elena preparó una deliciosa cena, lasaña, la favorita de Azul, pero ella, ni siquiera llegó.

Pasó una hora de su llegada habitual, Elena, su madre, comenzaba a preocuparse. Dos horas más, Eduardo, esposo de Elena y padre de Azul llegaba de su trabajo, pero ella seguía sin aparecer. Elena no pudo más con la preocupación, llamo a la policía, pero le dijeron lo típico, que tenían que esperar veinticuatro horas para ser tomado como grave. Pasaron las veinticuatro horas y todo el tiempo hasta ahora y Azul, no aparece.

—¡No Eduardo! Azul, ella... Ella es una niña muy distraída y bien lo sabes, no sé, puede que... Que se haya perdido de camino para acá y no encuentra como volver, entonces... Entonces tenemos que buscarla y todo estará bien, nuestra pequeña estará nuevamente con nosotros y-

—¿Elena te estás escuchando? ¡No tienes nada de coherencia lo que dices!

—¡¿Y qué quieres que haga?! ¡Maldición! ¡¿Que levante mis brazos al cielo y diga "Oh, mi hija probablemente se está llenando de gusanos, pero la vida sigue", eso quieres?!.

Los dos se gritaban, no tenían cabeza para controlarse.

—¡¿Y tú crees que para mí también es tan fácil todo esto?!.

—¡Déjame decirte que eso parece!.

—¡Estás hablando de mi hija! Elena que yo traté de no mostrar mi fragilidad para protegerte es otra cosa, pero ya veo que no sirve de nada, nos vemos al rato— Eduardo salía de la casa.

—¡¿A dónde vas?!— Elena va tras él.

—A seguir buscando a Azul— se detiene Eduardo una vez afuera de la casa.

—Pero dijiste que la jornada policial había terminado por hoy.

—Si, pero la policía es inútil, la seguiré buscando por mi cuenta— dice Eduardo y da un paso al frente.

—Lamento haber dicho hace un segundo que no te importaba Azul— la voz de Elena lo vuelve a detener —Solo... Solo trae a nuestra pequeña de vuelta— pide ella con la voz a nada de quebrarse.

—Prometo que... Prometo que lo haré— dice el de la misma forma mientras se coloca la gorra que sostenía en manos.

***

[✓] BullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora