El regreso del mago supremo.

Kawi y las casas de magia

(¿Qué diablos paso?, ese maldito me golpeo y perdí la conciencia, no sé dónde me encuentro, pero estoy seguro de que este tipo en verdad me llevara a Nochipa ya que si no me equivoco me puedo sentir un poco de maná natural y este proviene de un portal para poder entrar al mundo que cree.

Kawi estaba despertando poco a poco después del golpe que recibió, tenía la cara cubierta con un saco y estaba atado, no podía moverse ni tampoco podía ver bien en donde estaba, pero sabía que se dirigía a un portal que llevaría a Nochipa, este estaba ubicado en una cueva de cercana a un volcán donde hace 340 años estaba la aldea de los enanos.

Al llegar a la cueva Cuauhtli le quita el saco de la cara y lo desata, al hacerlo Kawi observa a su alrededor y no puede evitar sentirse nostálgico al recordar en como era esa aldea cuando era joven en su otra vida.

—Vaya que este lugar quedo abandonado,—Kawi

—Si, anteriormente este era el hogar de los enanos y ade....espera un momento, ¿Cómo sabes que este es un lugar abandonado y no una simple cueva?— Cuauhtli

(Mierda, debo evitar que sospechen de mi o que vean que tengo recuerdos de mi vida pasada.)

—Es que se ven restos en las paredes como si estuvieran talladas y además hay pequeños restos de los cimientos de casas, solo por eso.— Kawi

—Ya veo, eres bastante listo, bueno creo que a veces puedo ser paranoico así que mejor continuemos antes de que sospeche de ti y te mate en este lugar.— Cuauhtli

(Pensándolo bien creo que mantener mi vida pasada oculta es mejor, no sé cómo reaccionaran si les digo que soy la reencarnación de Yólotl, además de eso esta es mi nueva vida y pienso ser diferente a lo que fui antes, no seré más un arma o una herramienta, en esta nueva oportunidad seré lo que yo quiera sin que nadie escoja por mí.)

Kawi caminaba al lado de Cuauhtli mientras se adentraban cada vez más dentro de la cueva, solo se detuvieron una vez que lograron divisar a lo lejos una gran roca que parecería estar tapando el paso a una nueva cueva o a un túnel más profundo que en la que estaban, en realidad esa era el portal que al estar tantos años absorbiendo el maná que lo rodea se solidifico pero recubriendo tu cuerpo con algo de maná bastara para poder pasar a través de él.

—No te detengas y sígueme— Cuauhtli

—De acuerdo— Kawi

(Parece ser que el maná en esta zona se hizo más fuerte con el tiempo, si mal no recuerdo en las profundidades de esta cueva hay una conexión con un río de lava y anteriormente los enanos usaban ese magma para poder hacer espadas y herramientas de altísima calidad. En fin, es hora de ver como es el mundo que creé y ver a que parte de ese mundo nos lleva este portal.)

Kawi camina lentamente debido a que estaba más emocionado que asustado por lo que pasaría y como sería el mundo, a cada paso que da puede ver más luz y cuando por fin deja de ver esa luz puede ver que sale por una especie de puerta hecha de oro con incrustaciones de algunas piedras preciosas y de gran valor.

—Estamos en Nochipa y está la ciudad de los enanos, Sitéachi (Lugar de tierra colorada), este es el lugar que le correspondió a los enanos después de que el dios mago creara este mundo y también es la ciudad donde encontraras las mejores armas y de mejor calidad, mejor te dejo las explicaciones en el momento en que lleguemos a la ciudad mágica Mechabili, (Luna hermosa), mientras tanto vayamos a compararte ropa nueva para que te presentes al consejo mágico y los representantes de las casas de magia.—Cuauhtli

La cara de asombro se vio inmediatamente en Kawi que al entrar por el portal pudo ver una ciudad más desarrollada de lo que esperaba, era una ciudad en la que no habían castillos, sino más bien grandes construcciones parecidas a las que él conocía por las películas que vio, los negocios de herrería se veían por doquier, no solo había enanos sino que también había elfos y muchas otras razas que también vendían productos como comida, piedras mágicas, varitas, báculos, escobas para poder volar e incluso animales domésticos o de carga para realizar largos viajes.