En Eretz todos creían fielmente que el humo era el transporte de las almas, que daba paz y escapatoria del mundo terrenal, por eso inmolaban los cuerpos de sus difuntos, para que sus almas no penaran, para que pudieran subir al infinito y su energía diera equilibrio a los velos sagrados...
Lyos estaba tranquilo cuando el sol salió, pero no podía despegar la mirada de las finas brazas que aún quedaban en el suelo arenoso de la playa, se había ido. Cómo le hubiese gustado atraparla de nuevo en un turíbulo de incienso y fabricarle un nuevo cuerpo como las antiguas quimeras, a pesar de que sabía bien que su tiempo había culminado, sentía que le habían faltado muchas cosas por cumplir. Estaba en el limbo, había sido muy rápido, aún sentía tristeza y frustración por ella.
Cory, por su parte, siempre estaría agradecido con ella, por devolvérselo, por haberlo salvado únicamente para que pudieran hablar, había sido la persona más valiente que pudo haber pisado Eretz. Puso su mano sobre el hombro de Lyos, se había ido con dignidad, ahora les tocaba a ellos hacer algo. El mayor contuvo una lágrima que estuvo por correr por su mejilla.
—Lo voy a cuidar muy bien —murmuró el rubio mientras miraba el humo elevarse, solo entonces el pirata lo miró, lo había traído de vuelta a sus sentidos, le sonrió a cambio y colocó su mano sobre la de Cory y suspiró resignado. —Deberíamos irnos pronto, todos.
—Sí, deberíamos irnos —musitó levantando por fin la mirada y posándola sobre la del rubio. — El problema es, ¿a dónde? Y no creas que te dejaré ir, te llevaré conmigo, Cory.
—¿Lo dices en serio? —replicó el menor.
—Al menos hasta que las cosas se calmen un poco, no me arriesgaré a que te suceda algo si me voy, y no es una sugerencia, lo digo en serio.
—Me cuesta tener que dejar todo pendiente, incluso a mi hermana... —la mirada del pirata era sólida, no daba paso a una negativa, además, el rubio también tenía miedo de volver, seguro ya no era bien visto ni recibido en la casa de los Custer.—Pero comprendo que tengamos que irnos.
—Bien, atención, preciosas, los soldados llegarán pronto, debemos darnos prisa; Jade, recolecta las cenizas en algún jarrón o florero; Topacio, pon todas las joyas y dinero que encuentres en un saco; Perla y Amatista tomen la comida que quede en la bodega; Esmeralda, te encargo todas las cosas que queden de los viajes que he hecho; Cory, ayúdame con algo de ropa, ¡vamos todos, a moverse, tienen cinco minutos!... —le hizo una señal al rubio y se apresuró dentro de la mansión para comenzar.
Necesitaba pensar muy bien las cosas pues tenía un lugar seguro, pero le sería imposible llevar a las chicas... suspiró pesadamente.
—Escucha —le dijo a Cory mientras empacaban, —lo que estoy planeando es algo arriesgado, necesitaré de todos ustedes, en especial de ti y de tu dragón, espero que pueda volar largas distancias con algo de peso, me temo que los saqueadores se harán de mi casa y no puedo dejar a las chicas aquí ni llevarlas al barco, Asce es mi único hombre confiable, el resto son sólo piratas, no dudarán en amotinarse si se dan cuenta de que estoy huyendo, toma sólo lo necesario.
—Claro, descuida, él podrá llevarnos, es más fuerte de lo que parece.
Tras unos minutos todos se reunieron afuera nuevamente y con ayuda de las chicas Lykaios comenzó a atar algunas cosas al dragón con la ayuda de Cory.
—Este es el plan. Chicas, saben que no puedo volar con demasiadas cosas, no puedo quedarme, pero esto será suficiente para que puedan sobrevivir algún tiempo, las llevaré a las Adelfas, allí es el único sitio donde los soldados no podrán tocarlas, las cuevas de los Kirin aún son seguras, volveré con ustedes en cuanto logremos resolver esto, o pueden elegir otro sitio, el que quieran.
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Crónicas de Eretz: Secreto Pirata.
FantasyEretz, el reino único en el que la magia se encuentra en múltiples formas. Donde las criaturas de cualquier raza conviven bajo el perfecto orden ofrecido por su monarca y las nobles familias, donde convergen los buenos y los malos, donde los nobles...