Mi sorpresa fue tan grande al darme cuenta que ella era la chica que tan solo minutos antes había empujado deliberadamente, poco a poco sentí como la mayor posibilidad de mi vida de hacer una amiga se iba por el caño y lo peor del caso es que esta chica tenía toda la facha de querer arrancarle el puesto a Miranda. Odio juzgar a la gente por su apariencia pero la vida me había demostrado ya que la gente refleja lo que es por dentro. Su cabello era rubio, casi tan rubio como el de Miranda solo que el de ella lucia natural, su falda era lo suficientemente larga para no parecer una zorra y lo suficientemente corta para no parecer santurrona, su belleza era natural, no se veía mucho maquillaje en su rostro. Ella era Nóa.
—Llega tarde señorita Valtierra— replicó el profesor con su voz de amargado.
—Lo siento, tuve un accidente poco antes de llegar y tuve que ir a la enfermería— trate de taparme el rostro pero ella ya me había visto.
—Pase, pase— murmuró el maestro haciendo un ademán con la mano.
La chica dio solo unos pasos cuando Miranda le cortó el camino.
—Lo siento tanto— fingió cara de tristeza— en este grupo no hay lugar para ti, será mejor que vayas a buscar lugar a otro salón.
—Ahí hay un lugar— sonrió Nóa al señalar un asiento al lado de Miranda.
—Ese lugar no está disponible— murmuro Miranda al hacerle un gesto a Leticia (fiel perra faldera de ella) —Es para mí mochila.
—Aquí hay otro— dijo Carter (novio de Miranda) al levantarse de su lugar.
—Tú siéntate cariño— le dijo entre dientes Miranda.
Esa discusión empezaba a darme risa, y al parecer no era la única ya que Nóa también tenía una mueca en su rostro.
—Aquí hay uno— grite armándome de valor mientras señalaba el lugar que había abandonado mi mejor amigo.—No, no hay— dijo Miranda al verme amenazadoramente.
—Oh si, si hay— le dije yo burlándome.
Nóa sonrió y empezó a dirigirse hacia mí, al pasar a mi lado vio de una manera amistosa, de una manera en la que nunca antes nadie había sido capaz de verme, el maestro estaba tan enfrascado en sus asuntos que no se dio cuenta de la batalla bélica que acababa de tener lugar en el aula.
—¿Cómo te llamas?— dijo una voz atrás de mí.
—¿me hablas a mí?— le pregunte un poco extasiada.
—No tonta a la pared— guardó unos segundos de silencio para esperar mi respuesta —sí, si te hablo a ti— dijo por fin.
—Ah vale, mi nombre es Leire, el tuyo es Nóa ¿verdad?
—Si— sonrió —oye ¿Qué onda con esa tipa?
—¿Miranda? Ella cree que el mundo nació para complacerla, quién no lo hace, muere ignorado por la escuela entera.
—Eso debe ser horrible— dijo Nóa al hacer una mueca de dolor.
—Pregúntamelo a mí— murmuré mientras bajaba la mirada.
—Gracias por ser amable conmigo ¿crees que pueda juntarme contigo hoy?
—No necesito tu lastima— negué con la cabeza mientras sonreía —estaré bien.
Ella comenzó a reírse —¿lastima? Oye soy la chica nueva ¿sabes lo que es eso? Rayos, estoy más nerviosa que si fuera a cantar el himno nacional estadounidense en el súper bowl— su risa era cada vez más nerviosa.
—Vale te creo— dije mientras me contagiaba de su risa, el maestro comenzó a hablar y me acomode en mi asiento, pensé que las cosas ese año por fin me iban a salir bien.
El profesor dio exactamente el mismo discurso de hace solo unos minutos y nadie parecía darse cuenta, los minutos pasaban cada vez más deprisa y yo moría porque sonara el timbre hasta que por fin lo escuché, nunca había amado tanto ese sonido como lo amé en ese momento.
Tome mis cosas y me detuve a esperar a Nóa, ella me sonrió y se puso de pie, comenzamos a caminar en perpetuo silencio cuando Miranda se nos puso en frente.
—¿te molesto?— pregunté fastidiada.
—No querida, quítate— dijo al quitarme del camino hasta estar en frente a Nóa —creo que no me eh presentado, Mi nombre es Miranda, disculpa mi comportamiento anterior, pero normalmente no me agradan las chica nuevas, pero tú me simpatías— fingió una sonrisa —¿te quieres unir a nosotras?
Nóa guardó silencio, me di cuenta de lo que significaba así que me retire del salón, no quería ser despreciada de nuevo. Las siguientes dos clases se me fueron volando, en mi mente rondaban sentimientos de soledad e ira, Nóa se estaba convirtiendo en un perro faldero más de Miranda, y yo me había convertido en la chica antisocial de la escuela.
El receso llegó y yo almorzaría sola. Me dirigí hacia el hermoso tronco en el que pasaba mis recreos junto a Faríd y de pronto sentí como la alegría inundaba mi alma al ver que aquel decrepito tronco se había convertido en un hermoso y reverdecido roble, respire hondo y sentí como mi alma reverdecía también. Me senté en la pequeña mesa y saque mi almuerzo (que no era más que una sopa instantánea) y me puse a dibujar aquel roble que llenaba mi mundo de alegría.
—Valla que es un lindo lugar— dijo una voz bastante familiar.
—Hola Nóa— sonreí al ver la chica que tomaba asiento frente a mí.
—Creí que te habías unido a la legión Miranda— bromee con un tono un poco de reproche.
—Jaja eso nunca, no tolero a esas chicas— sonrió levemente —¿aunque sabes? Esa chica, Miranda, no es tan mala, me pareció que solo es una alma herida, igual que tú.
—No, no me compares con ella, no somos iguales— murmure mientras le daba un gran bocado a mi sopa.
—¿Por qué no te das la oportunidad de conocerla?
—La conozco, por eso mismo creo que es la persona más despreciable sobre el planeta— suspire —ella solía ser mi mejor amiga, pero bueno, ya hace nueve años de eso y aun no lo supero— sonreí tratando de ocultar mis lágrimas.
—¿Qué sucedió?
—Ella confiaba en mi yo confiaba en ella puramente, pero en una ocasión al llegar a la escuela ella comenzó a gritarme y ofenderme, era solo una niña y me puse a llorar y ella me gritaba más y más. Después entendí que su diario personal había sido robado y divulgado por toda la escuela, y ella me culpaba a mí— sequé mis lágrimas —se mudó de ciudad y regreso hace dos años con el único objetivo de destruirme la vida.
—Qué historia tan triste— murmuro Nóa —¿Y tú a quien crees culpable?
—No lo se pero quien sea me arruino la vida.
—Perdónala, yo sé que ella aun te quiere.
—¿Miranda? ¿Qué acaso esas loca? Ella me odia hasta con el último cabello teñido de rubio que tiene.
—¿Nóa? Ven acá te quiero presentar a alguien— gritó Miranda desde el otro lado de la escuela.
—Tengo que irme, hablamos luego ¿vale?— dijo Nóa al tomar sus cosas eh irse.
El resto de las clases se fueron rapidísimo, Farid ya era uno más del clan de Miranda, Nóa volteaba de vez en cuando para dedicarme una mirada amistosa y yo le correspondía. Esa tarde llegue a mi casa con el ánimo en el piso, con la espalda cansada y mis sueños rotos. Me habia quedado completamente sola.
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Nubes Rotas.
De Todo¿Qué serías capaz de hacer por tu amiga? Una mejor amiga es alguien que muchas veces llega a ser como una hermana, parte de nosotros, ¿y si alguien asesinara a tu mejor amiga? ¿Buscarais al culpable hasta el fin? Leire Blancarte una chica de quince...